El Ultraísmo (1918-1923)
El ultraísmo es un
movimiento literario nacido en España en 1918 con decidida intención
de enfrentarse al modernismo, corriente que había dominado la poesía
en lengua española desde finales del siglo XIX.
Este movimiento tiene
unos antecedentes en Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez,
Rafael Cansinos-Asséns, sin olvidar el magisterio ideológico de
José Ortega y Gasset y Vicente Huidobro, que, como se sabe, llegó a
Madrid en el verano de 1918 y transmitió su arte nuevo a un pequeño
círculo de amigos, que algunos de ellos (Gerardo Diego, Larrea,
Guillermo de Torre) se integrarían en el ultraísmo.
Guillermo de Torre habla
de la trascendencia de las reuniones en casa de Huidobro en Madrid:
“En su casa vi los primeros libros y revistas de las escuelas que
luego darían pródigas y discutidas cosechas (…) Allí se incubó
originariamente el óvulo ultraísta”1.
El creador del término,
“ultraísmo”, fue Guillermo de Torre, que dice:
Ultraísmo
era sencillamente uno de los muchos neologismos que yo esparcía a
voleo en mis escritos de adolescente. Cansinos-Asséns se fijó en
él, acertó a aislarlo, a darle relieve (…) El hecho es que
Cansinos-Asséns se posesionó del término. Y “Ultra” tituló un
breve manifiesto escrito por él2.
El ultraísmo nace en los
últimos meses de 1918 entre un grupo de jóvenes con inquietudes
literarias en el Café Colonial de Madrid, en torno a la figura de
Rafael Cansinos-Asséns.
Cansinos publica el
“Manifiesto Ultra” en el otoño de 1918 en estos términos:
Los que
suscriben, jóvenes que comienzan a realizar su obra, y que, por eso,
creen tener valor pleno de afirmación, de acuerdo, con la
orientación señalada por Cansinos-Asséns (…), necesitan declarar
su voluntad de un arte nuevo que supla la última evolución
literaria: el novecentismo. (…)
Respetando
la obra realizada por las grandes figuras de este movimiento,
proclamamos la necedad de un ultraísmo
(…). Nuestra literatura debe renovarse, debe lograr su ultra,
y en nuestro credo cabrán todas las tendencias sin distinción (…)
Por el momento creemos suficiente lanzar este grito de renovación y
anunciar la publicación de una revista que llevará este título de
Ultra, y en la que
sólo lo nuevo hallará acogida. Jóvenes rompamos por una vez
nuestro retraimiento y afirmemos nuestra voluntad de superar a los
precursores. Y firman este manifiesto: Xavier
Bóveda, César A. Comet, Fernando Iglesias, Guillermo de Torres,
Pedro Iglesias Caballero, Pedro Garfias, J. Rivas Panedas, J. de
Aroca3.
El ultraísmo es en gran
medida un “ismo” formado por la síntesis de elementos
futuristas, dadaístas, con incrustaciones de cubismo, expresionismo
y creacionismo, si bien fue un movimiento predominantemente poético.
Del cubismo, el ultraísmo
tomó la disposición tipográfica especial, imitando los caligramas
de Apollinaire. Del futurismo tomó el culto por la velocidad y las
máquinas modernas.
La aportación del
expresionismo llega al ultraísmo de la mano de Jorge Luis Borges,
que había vivido durante la I Guerra Mundial en la neutral suiza y
conoció la poesía germana. En las revistas ultraístas Borges
tradujo y publicó poemas expresionistas e informó sobre autores y
características del movimiento. Publicó poemas propios con cierta
influencia expresionista.
El creacionismo de
Huidobro, después de su llegada a Madrid en 1918, ya se ha dicho que
fue el óvulo, el detonante del ultraísmo. Ha habido cierta
identificación entre el ultraísmo español y el creacionismo; pero
hay que aclarar que el creacionismo es una escuela con un contenido
teórico y el ultraísmo es un movimiento abierto a todo lo nuevo,
sería, pues, un movimiento ecléctico. Rivas Panedas en su artículo
“Protesto en nombre de Ultra”, rechaza la pretendida
identificación de este modo: “…el creacionismo, es algo bien
concreto, al menos una cosa muy concreta al lado de nuestro Ultra,
que no nos cansamos de repetir, que no es un dogma ni un modo. El
creacionismo sí”4.
Además de Rafael
Cansinos-Asséns, “inductor de entusiasmos”, el personaje clave y
teórico del movimiento ultraísta fue Guillermo de Torre, el futuro
cuñado de Jorge Luis Borges (se casa con Norah Borges), que redacta
en 1920 el “Manifiesto Ultraísta Vertical” (publicado como
suplemento en la revista Grecia, nº 50, 1 de noviembre de 1920) y en
1923 publica su poemario Hélices. También publica, como es
conocido, Literaturas europeas de vanguardia (1925), donde
informa de todos los movimientos vanguardistas europeos y su
repercusión en España.
Jorge Luis Borges,
residente a la sazón en España también contribuye al desarrollo
del ismo, exponiendo los principios ultraístas en un artículo
publicado en la revista Nosotros (1921) de Buenos Aires, que
son:
- Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora.
- Tachadura de las frases medianeras, los nexos y los adjetivos inútiles
- Abolición de los trebejos ornamentales, el confesionalismo, las prédicas y la nebulosidad rebuscada
- Síntesis de dos o más imágenes en una que ensanche así su facultad de sugerencia.
Asimismo los objetivos
creativos del ultraísmo son:
Eliminación de la rima;
imágenes y metáforas chocantes e ilógicas con temas del mundo del
cine, el deporte o los adelantos técnicos; uso abundante de
neologismos, tecnicismos y palabras esdrújulas; reducción de la
lírica a su elemento primordial: la metáfora y una tendencia a
establecer una disposición tipográfica nueva de las palabras del
poema, pretendiendo de ese modo una fusión entre la plástica y la
poesía.
Los poetas ultraístas se
expresaron más en revistas de conjunto que en obras individuales.
Entre estas revistas tenemos:
CERVANTES de
Madrid, (1916-1920), que no nació ultraísta, dirigida en principio
por Francisco Villaespesa. En enero de 1919 pasó a formar parte del
movimiento ultraísta y la dirigió Rafael Cansinos-Asséns.
Colaboran en ella en su segunda época: Pedro Garfias, Adriano del
Valle, Gerardo diego, Eugenio Montes, Juan Larrea, Guillermo de
Torre, J. Rivas Panedas, R. Lasso de la Vega.
GRECIA (Sevilla y
Madrid, 1918-1920), aparece en Sevilla, el 12 de octubre de 1918, su
fundador fue Isaac del Vando-Villar; a partir de 1919 empieza a
incluir colaboraciones ultraístas. Sus colaboradores son: Adriano
del Valle, Miguel Romero, Rogelio Buendía y Pedro Raida;
Cansinos-Asséns, Guillermo de Torre, Jorge Luis Borges, Lasso de la
Vega.
Grecia de traslada
a Madrid en 1920, donde publica siete números, en los que refleja
con bastante exactitud el ultraísmo en sus primeros pasos.
COSMÓPOLIS
(Madrid, 1919-1922), publicada en Madrid por Enrique Gómez Carrillo,
con intención de acercamiento entre los escritores españoles e
hispanoamericanos. Colaboraron, Cansinos-Asséns, Jorge Luis Borges.
Gómez Carrillo creó una sección permanente para Guillermo de
Torre: “Literaturas novísimas”, donde fueron apareciendo algunos
de los estudios, que luego pasaría revisados a su libro “Literaturas
europeas de vanguardia”.
REFLECTOR
(Madrid, 1920), fue su director el poeta José Ciria y Escalante y su
secretario Guillermo de Torre. Alcanzó un solo número.
Colaboraciones de Ramón Gómez de la Serna, poesías de Saupoult y
Eluard, un caligrama humorístico de Francisco Vighi, un artículo de
Jorge Luis Borges sobre el “Manifiesto Vertical” de Guillermo de
Torre, además de los grabados de Norah Borges y Rafael Barradas.
ULTRA (V---LTRA)
(Madrid, 1921-1922), 24 números. No figuraba el nombre del director,
decía: “Ultra no tiene director, se rige por un comité directivo
anónimo.”; en la realidad estaba dirigida por Humberto Rivas.
Ultra destacaba por su belleza tipográfica, empezando por el
arcaísmo “V”LTRA.
Tiene como colaboradores
a Cansinos-Asséns y RAMÓN en cuanto a la prosa, y la crítica
literaria de Guillermo de Torre. Luego vienen las colaboraciones
poéticas de J. Rivas Panedas, Gerardo diego, José de Ciria y
Escalante, César A. Comet, Pedro Garfias, Adriano del Valle, Lasso
de la Vega, “Luciano de San Saor” (Lucía Sánchez Saornil),
Ernesto López Parra y los hermanos Rello; en fin la plana mayor del
Ultraísmo.
En Ultra también
se da la colaboración de los artistas plásticos: los poacos Jahl y
Paszkiewicz, el uruguayo Barradas y Norah Borges, que ilustran las
portadas y el interior de la revista.
Hubo también otra
revista del mismo título, Ultra en Oviedo, que empezó a
publicarse en noviembre de 1919, dirigida por Augusto Guallart y como
colaboradores Cansinos, Gonzalo de Alvear, Joaquín de la Escosura y
Luis Zubillaga. Salió un año antes que Ultra de Madrid,
aunque tuvo mucha menor repercusión. La revista Grecia, ya en
su etapa ultraísta, saluda la aparición de la Ultra
ovetense: “Ultra con Cervantes y Grecia, ha venido a formar el
triángulo lírico, como irisa luminosos en la oscuridad del
novecentismo. ¡Hermanos, Hurra por nuestro Ultra!”5.
TABLEROS
(Refundición de Grecia). Revista Internacional de Arte,
Literatura y Crítica (Madrid, 1921-1922). Publicó 4 números.
Su director fue Isaac del Vando-Villar y su secretario J. Gutiérrez
Gili. Tuvo como colaboradores a los mismos de la revistas ultraístas:
Guillermo de Torre, Antonio Espina, Borges, Gerardo Diego, Lasso de
la Vega, RAMÓN, Rivas Paneda, Luis Mosquera, Rogelio Buendía y los
pintores Jahl y Barradas.
HORIZONTE.
Arte,literatura, crítica. (Madrid 1922-1923). Publicó 4
números. Fueron sus directores Pedro Garfias y José Rivas Panedas y
director artístico, Wladislaw Jahl. En ella además de los
escritores ultraístas, Eugenio Montes, Pedro Grafias, Rogelio
Buendía, colaboran los poetas de la nueva generación del 27:
Alberti, Guillén, Dámaso alonso, Lorca, Gerardo Diego; y otros
poetas anteriores como Antonio Machado y José Moreno Villa.
Todavía surgió una
revista más del ultraísmo, cuando ya declinaba, PLURAL
(Madrid, 1925), 2 números, dirigida por César A. Comet, en la que
colaboran los ‘antiguos’ ultraístas y da paso a dos novelistas,
Benjamín Jarnés y Valentín Andrés Álvarez, que se incorporan,
después, a la Revista de Occidente.
También tuvo carácter
vanguardista la revista RONSEL (Lugo, 1924, dirigida por el
poeta y profesor Evaristo correa Calderón.
Citamos la revista ALFAR
(La Coruña, 1921-1926). Revista de Casa América-Galicia, dirigida
por el cónsul de Uruguay en La Coruña Julio J. Casal. A partir de
1925 se titula Alfar y allí se publicó hasta ser
transplantada a Montevideo en 1929 y duró hasta la muerte de su
director en 1954.
Y ya casi rebasando el
límite de las vanguardias está LA GACETA LITERARIA, fundada
por Ernesto Giménez Caballero y Guillermo de torre en 1927 y duró
hasta 1931. Desde sus páginas se dio publicidad a toda la modernidad
de aquella década de los 20.
Por último la GACETA
DE ARTE (1932-1936) de Tenerife, dirigida por Ernesto
Westherdahl, difundió en el plano artístico todas las novedades del
momento
Los ultraístas también
se expresaron en las veladas o recitales poéticos en los que daban a
conocer sus poemas y tuvieron, a imitación de los futuristas y
dadaístas, no poco de provocación.
La primera velada
ultraísta se celebró en el ateneo de Sevilla, el 2 de mayo de 1919
y fue organizada por los colaboradores de la revista Grecia,
con la asistencia del gran “Condestable” del Ultra, Rafael
Cansinos-Asséns. Intervinieron en el acto Pedro Luis de Gálvez,
Pedro Garfias, Miguel Romero y Juan González Olmedilla.
ADRIANVS (Adriano
del Valle) que escribe la crónica de la velada en la revista Grecia,
concluye de esta guisa: “El acto terminó dentro del mayor
entusiasmo”.6
Pedro Garfias, que
interviene en el acto, no es tan optimista, y así escribe en la
revista Cervantes: “¡Oh, las admiraciones confusas y las
hipócritas sonrisas!”, que suscitaron estos jóvenes ultraístas,
“ante los filisteos, de frente lisa y ojos turbios”; y concluye:
“Hemos celebrado nuestra fiesta del Ultra, y han sido los hermanos
de Grecia quienes se han sacrificado primeramente ante el ara”.7
Una nueva velada tiene
lugar el 2 de marzo de 1920 en el ateneo sevillano. Será Pedro
Garfias en solitario, presentado por Adriano del Valle, quien leerá
sus poemas ultráicos. Una vez terminada la velada según nos cuenta
Juan González Olmedilla en “La epopeya del Ultra” en la revista
Grecia, Pedro Garfias, Adriano del Valle e Isaac del
Vando-Villar salieron por la calles de Sevilla a “festejar el nuevo
éxito de incomprensión”, que esa noche había obtenido Pedro
Garfias, lanzando contra las ventanas del cronista de la ciudad,
Satiago Montoto, patatas y panecillos duros.
La tercera velada
ultráica, que ya se convirtió en un calvario, se celebró en
Madrid, en el salón “Parisiana”, el 28 de enero de 1921. El
programa fue bastante ambicioso, pues, junto a la lectura de poemas,
hubo una parte dedicada a la música y otra a la pintura. Y ante un
público despectivo y burlón, fue desfilando toda la nómina del
ultraísmo: Bacarisse (presentador), Humberto Rivas, Rivas Panedas,
Borges, Garfias, Eugenio Montes, César A. Comet, Gerardo diego,
Lasso de la Vega (que pretendió leer un poema en francés), Tomás
Luque, López-Parra, José Ciria y Escalante y los hermanos Rello .
Apareció una crónica en
La Voz de Madrid: “Del Madrid funambulesco”, de M. A.
Bedoya en clave grotesca y ridiculizante: “En plena apoteosis del
disparate Los ultraístas dieron anoche una función de gala”.
Cansinos, por su parte,
escribe:”Todos, en general, están muy satisfechos, porque la
velada fue un escándalo…Guillermito con su voz gangosa, celebra:
-hemos hecho rabiar a los saurios…ha habido insultos,
tomates…Luchas cuerpo a cuerpo…magnífico (…)¡Que éxito!”8.
La hostilidad mostrada en
la velada del salón “Parisiana” no amilanó a los ultraístas,
que convocan una segunda velada en el Ateneo de Madrid para el 30 de
abril de 1921. Leyeron los ultraístas sus poemas en la Sección de
Literatura del Ateneo y según la crónica de Ultra, nº 10,
10/05/1921: “La velada fue un éxito clamoroso para nosotros, a
pesar de las protestas de una exigua minoría retardataria y
obtusa”; pero ya no se atrevieron a repetir la experiencia
Aunque los ultraístas
publicaron su obra en hojas sueltas y en revistas minoritarias,
también editaron algunos libros de versos, así tenemos: Imagen
(1922) y Manual de espumas (1924) de Gerardo
Diego; Hélices (1923) de Guillermo de Torre; Poemas
póstumos (1924) de José de Ciria y Escalante; La
sombrilla japonesa (1924) de Isaac del Vando-Villar; El ala
del sur (1926) de Pedro Garfias; Sed y Urbe (1928) de
César M. Arconada; Talismán de distancias (1934) de César
A. Comet y Primavera portátil (1934) y Los gozos del río
(1940) de Adriano del Valle, estos dos libros están formados por
poemas compuestos entre 1920 y 1923.
Valoración y fin del
Ultraísmo
Guillermo de Torre
comenta la disolución del Ultra:
El
movimiento Ultraísta, (…) como bloque colectivo, destinado a
ejercer una acción conjunta y a mantener un
estado de espíritu radical y renovador, pudo (…) considerarse
disuelto al dejar de publicarse (…) Ultra en la primavera de 1922,
y tras el primer golpe a la solidaridad sufrida un año antes, con
ocasión de la segunda velada ultraísta (…) Por otra parte, el
objetivo esencial: marcar una ruptura neta con la generación
anterior, negarse a ser epígonos para asumir el gesto de hermes (…),
habría quedado explícita y ampliamente logrado. ¿A qué, pues,
prolongar innecesariamente la asociación ocasional y el gesto común
que unificaba, en ciertos casos, espíritus disímiles?9
Los críticos e
historiadores, en general, no han valorado con justicia el movimiento
Ultra, que quedó eclipsado por la gran aportación poética de la
Generación del 27. Tempranamente Dámaso Alonso hizo una primera
revisión sosegada del Ultraísmo en un artículo titulado, “Góngora
y la literatura contemporánea”, escrito en 1927, que pasará al
libro, Estudios y ensayos gongorinos, esto dice Dámaso
alonso:
En enero de
1919 surge el grupo Ultra formado por unos cuantos jóvenes (…)
que, ante el escándalo de la literatura oficial (la modernista),
propugnan y practican el nuevo credo nacido en Francia. (…)
colaboran en revistas de tradición rubeniana (…) (Grecia y
Cervantes); dan borrascosas veladas poéticas; fundan una hoja
decenal ULTRA, de
forma, tipografía e ilustraciones desconcertantes para el buen
público español… El grupo se disuelve, con la muerte de la
revista Ultra, el año 192210.
Valora, Dámaso Alonso,
que Ultra supo romper con los restos apelmazados del modernismo y en
consecuencia, “todos los poetas actuales (1927), aun los más
alejados de esta tendencia, son deudores (…) a Ultra, y de este
movimiento hay que partir cuando se quiera hacer la historia de la
poesía actual”11.
El fracaso
del ultraísmo había consistido en no querer usar de estas
adquisiciones (se refiere a las conquistas formales de la poesía
tradicional), y al mismo tiempo en no haberlas sabido sustituir. No
se improvisan las maestrías del verso: Ultra no pudiendo dominar un
nuevo ritmo, eludió todo ritmo (…) De igual modo, para sustituir
las sensaciones ópticas tradicionales (colorido, plasticidad), se
entregó al burdo juego del caligrama12.
Años más tarde, Dámaso
Alonso en su artículo, “Una generación poética”, incluido en
Poetas españoles contemporáneos, insiste en los
aspectos negativos del grupo:
Trajo aquel
grupo más que su chillón y efímero entusiasmo: los experimentos
realizados con la imagen (imagen múltiple), la actividad para ligar
poéticamente elementos muy distantes entre sí
de la realidad (…), el ennoblecimiento del humor, mejor dicho de
cierta alegría deportiva y despreocupada…El ultraísmo movimiento
fracasado, alimenta, aunque sea en pequeña parte, una de las más
intensas generaciones de nuestra historia13.
Aun teniendo en cuenta
esta valoraciones negativas, tenemos que reconocer el esfuerzo de
renovación y ruptura de los ultraístas, que abrieron muchas
posibilidades, que fueron aprovechadas por la generación siguiente.
El paso de la poesía post-modernista a la de la generación del 27
no se puede explicar sin reconocer la aportación de los poetas
ultráicos, que abrieron nuevos caminos par a la renovación de la
expresión lírica.
Dámaso Alonso, ya más
ponderado nos dice de Ultra:
No se le
hace justicia a este movimiento. Apenas produjo nada durable. Pero si
él difícilmente se puede explicar la poesía posterior. Una parte
del público rechazará siempre lo literariamente heterodoxo o
innovador, sin comprender que sin esas sacudidas la vida de las
letras se enmohece, que aun para la renovación de la literatura,
dentro de los cauces tradicionales, son necesarias de vez en cuando,
esas arriscadas aventuras.14
El ultraísmo, en suma,
inaugura los movimientos de vanguardia en España. Se opone al
modernismo, muestra rebeldía y trata de renovar la poesía. Se abre
a lo nuevo, a la vida moderna; incluye en los temas de su poesía
aviones, locomotoras, rascacielos, deporte.
Produce imágenes y
metáforas en cascada. Muestra su irracionalismo, su
experimentalismo, su indefinición y su iconoclastia. Destaca por su
espíritu lúdico y el humor, que siguió la otra generación del 27
(López Rubio, Jardiel, Tono). Aporta una tipografía singular
caligramática.
El ultraísmo fue un
movimiento de superación de la lírica vigente (la modernista), con
una voluntad de renovación, un ir “más allá” como su nombre
indica.
En cuanto a la difusión
de la poesía ultraísta en antologías, si bien al principio, tuvo
poca fortuna, pues no aparece en la Antología de Gerardo
Diego (1932). En la Antología de la poesía española y americana
d Federico de Onís (1934), se acepta el término ultraísmo, pero se
aplica con poco rigor. Había que esperar a la segunda mitad del
siglo XX para que se publiquen antologías solventes como, La
poesía de la vanguardia española (Antologia) de Germán
Gullón (1981), Poesías y Poética del Ultraísmo de
Francisco Fuentes Florido; Poesía española de vanguardia
(1918-1936) de Francisco Díez de Revenga (1995). Y ya en este
siglo, Las cosas se han roto (Antología de la poesía
ultraísta) de Juan Manuel Bonet (2012).
Y, por otra parte,
algunas revistas ultraístas se ha reeditado en facsímil o están
digitalizadas por LA Biblioteca Nacional, como Grecia,
Cosmópolis y ULTRA.
Para terminar el
ultraísmo sirvió de transición entre el modernismo y la generación
del 27 y Guillermo de Torre concluye: (El ultraísmo) “En suma, el
canto del cisne de la literatura desinteresada antes de que atronaran
el aire los rugidos de la literatura tendenciosa”15
.
Ofrecemos a continuación
una breve muestra de poesía ultraísta.
PEDRO GARFIAS
DOMINGO
Los campanarios
con las alas abiertas
bajo el cielo combado
En los cristales
hay bandadas de luz
Y las coplas anidan en los árboles
Las veinticuatro horas
Cogidas de la mano
Bailan en medio de la
plaza
Y el sol alborozado voltea la mañana
(de El ala del sur,
1926)
TORMENTA
Rota La arboladura
Las nubes pedieron su
ruta
Y el horizonte avanza como una escarpadura
Las horas
soles apagados
ruedan
por el azul
al mar
Yo solo con la noche
Las nubes deshojándose
Y el viento rezando los
árboles
(de El ala del sur, 1926)
…………………………….. …………………. …………………..
JOSÉ RIVAS PANEDAS
VLTRA
INTERIOR
Los espejitos se desmayan
en el vientre de la
madre
Mientras la hora
Duerme sobre la lámpara
La paz del hogar
Levantó su tienda de
plumas
Y del reloj
Se van desprendiendo los
minutos
Como gotas de miel
Es hora de dormir
Al apagar la luz
El cuarto se cierra como
un libro
( Publicado en V—LTRA,
17/03/1921)
………………………. ……………… ……………….
GUILLERMO DE TORRE
AUTUMNAL
Sobre el más alto mástil
del horizonte
Un avión modula su
obertura
Al ritmo helicoidal
Asteroides velivolentes
Aterrizan en las
antenas del Zodiaco
En el rectángulo del
Sagitario
Se espeja la
deshiscencia otoñal
OTOÑO RÍTMICO EMERGE DE UN CORAZÓN
ASTRAL
(…)
La escenografía autumnal
Es creada por los
árboles tramoyistas
Quien enrolla ese telón
De mustias hojas jaldes
Allá en la lejanía
sideral
Mi alma exulta
pleonéxica
UNA VENTOLINA AURIRROSADA FLUIDIFICA
EL VIVIR.
(Publicado en Grecia,
1919)
………………………… ……………….. ………………
ADRIANO DEL VALLE
SIGNO
CELESTE
¡Mía era la
estrella! ¡Mía…!
Por
las
escalas
áureas
dejan
huellas
de
luz
los
pies
rosados
de las estrellas blancas
que llegan peregrinas
desde un poniente bárbaro.
El hacha de al Luna
tiene sangre de un Sol
decapitado
que hundió su
cabellera
en los mares del
trópico
para apresar a
los bajeles náufragos.
Las manos
del Silencio
DEVANAN EN LA RUECA DEL ZODÍACO.
BIBLIOGRAFÍA
Alonso Dámaso, Estudios
y Ensayos gongorinos
-Poetas españoles
contemporáneos
Cansinos-Asséns, Rafael,
la novela de un literato II, Alianza II, Madrid, 1985
Torre Guillermo de ,
Literaturas europeas de vanguardia, Caro Raggio, Madrid, 1925
-Guillaume
Apollinaire, su vida, su obra, las teorías del cubismo,
Poseidón, Buenos aires, 1946
-Historia de las
literaturas de vanguardia, Guadarrama, Punto Omega, Madrid, 1974.
Videla, Gloria, El
ultraísmo. Estudio sobre los movimientos de vanguardia en España,
Gredos, Madrid, 1974 (2ª edición).
1
. Torre Guillermo de, Guillaume Apollinaire,. Su vida, su obra,
las teorías del cubismo, Poseidón, Buenos Aires, 1946, p. 19
2
. Torre Guillermo de, Historia de las literaturas europeas de
vanguardia II, Guadarrama, Punto Omega, Madrid, 1974, pp.
210-211
3
. Manifiesto publicado en la prensa de Madrid (otoño de 1918) y en
la revista Grecia, nº XI, año II, Sevilla, 15 de marzo de
1919. Cita tomada de El ultraísmo de Gloria Videla, Gredos
Madrid, 1974, pp. 35-36
4
. Rivas Panedas J. “Protesto en nombre de Ultra”, en Cervantes,
septiembre de 1919, p. 145. cita tomada de El ultraísmo de
Gloria Videla, p. 105
6
. Adriano del Valle, “La fiesta del Ultra, en Grecia XV,
1919. Nota tomada de El ultraísmo, de Gloria Videla , p.75
7
. O. cit, pp. 76 y 77 .
8
. Cansinos-Asséns, Rafael, La novela de un literato, II,Alianza
Tres, Madrid, 1985, p. 337
9
. Torre Guillermo de, Literaturas europeas de vanguardia,
Caro Raggio, Madrid, 1925, p. 81
10
. Alonso Dámaso, Estudios y Ensayos gongorinos, Gredos, Madrid,
1982 (3ª edición), p. 553
11
. O. cit., p. 554
12
. O. cit, p. 556
13
. Alonso Dámaso, Poetas españoles contemporáneos, Gredos,
Madrid, 1988 (3ª edición aumentada), pp. 162-163
14
. O. cit., p. 234, Poetas españoles contemporáneos
15
. O. cit., p. 280, Hª de las literaturas de vanguardia II