martes, 11 de diciembre de 2007

ESTRUCTURA Y SIGNIFICADO DE “LA VOLUNTAD” de José Martínez Ruiz

José Augusto Trinidad Martínez Ruiz- el futuro -Azorín- nace en Monóvar (Alicante) en 1873 y muere en Madrid en 1967, ya nonagenario. Publicó su primera novela, “La Voluntad” en 1902 y este es su argumento:
Tres partes, más un prólogo y un epílogo componen “La Voluntad”. En el prólogo se dan informaciones sobre la construcción de la iglesia nueva en Yecla y también de algunas actitudes de los yeclanos frente a sus antepasados los iberos.
En la primera parte vemos a Antonio Azorín escuchando las ideas y doctrinas de su maestro Yuste, con quien pasea por el campo.La vida de Yecla y el paisaje están en el ambiente. También se relaciona con sus conciudadanos, habla con un inventor de un torpedo eléctrico y con otro que inventa un aparato para lanzar 40 kilos de dinamita a 5 km.. Destaca entre sus amistades la del padre Lasalde, director del colegio de los Escolapios y arqueólogo. Sus conversaciones tratan sobre temas filosóficos y teológicos; pero también estéticos y literarios. Azorín mantiene un pensamiento anarquista, dice el maestro Yuste: “-Azorín, la propiedad es el mal… Y de la fuerza brota la propiedad y de la propiedad el Estado, el ejército, el matrimonio, la moral. Azorín replica:- Un medio de bienestar para todos supone, y esa igualdad…”1
Azorín siente cierto amor por Justina, mujer elegante e inteligente que lucha entre su amor por Azorín y el deseo de entregarse a Dios. Justina, aconsejada por el padre Puche, elige el convento. Surge Iluninada(nótese el simbolismo de su nombre) en su vida, mujer activa y voluntariosa, pero altanera, burda y trivial. Tras la muerte de Yuste y de Justina, Azorín se traslada a Madrid.
En la segunda parte Azorín se instala en la capital y desarrolla su actividad periodística, pero ya va marcado por el pesimismo: “Azorín (…), no cree en nada, ni estima acaso más que a tres o cuatro personas entre las innumerables que ha tratado” (pag. 195). Se mueve por ambientes literarios y populares. Visita al padre Lasalde en Getafe, donde ha sido trasladado. Hace un viaje a Toledo con Enrique Olaiz (trasunto de Baroja). Visita a Pi y Margall, ídolo político de Azorín, y también visita la tumba de Larra. Es explulsado de un periódico por defender el amor libre y ninguneado por un compañero periodista, que no le cita como asistente a la presentación de una novela de Baroja. Abandona Madrid y vuelve cansado a su tierra.
En la tercera parte, de nuevo en el pueblo en una narración en primera persona recoge siete fragmentos de un yo reflexivo y decepcionado: “(…) soy un pobre hombre, soy el último de los pobres hombres de Yecla”(pag.271). Azorín está casado con Iluminada y vive sin entusiasmo.
Y en el epílogo es el propio autor-personaje (J. Martínez Ruiz), quien cuenta en tres cartas a Baroja, cómo ha encontrado a Antonio Azorín: casado, vive con su suegra , tiene dos hijos y no dispone de libertad. Apenas lee los periódicos, ni escribe. Habla también de la envidia y rencores que hay en el pueblo (usureros, embargos, abandono de la agricultura). La novela no concluye, sino que se detiene, se dejan de añadir páginas.

La estructura de “La Voluntad” está formada por el prólogo, las tres partes y el epílogo. El prólogo forma parte de la novela, nos habla de la construcción de una catedral en Yecla y ésta será el símbolo que dominará toda la novela. Las tres partes de la novela están divididas en capítulos, sin títulos y con numeración romana y desigual extensión.
La novela se divide en tres partes bien diferenciadas entre sí, y un epílogo. La primera parte es mucho más extensa que las restantes. Tanto ésta como la segunda parte están narradas en 3ª persona y en la tercera parte cambia el punto de vista; ya que está narrada en 1ª persona, es el propio protagonista quien nos habla. El epílogo lo forman tres cartas que el autor-personaje, J. Martínez Ruiz dirige a su amigo Baroja-personaje y ambos amigos del protagonista.
La estructura es fragmentaria y discontinua. En cada parte encontramos una serie de cuadros sueltos, unidos por el protagonista, Antonio Azorín y el escenario.La primera parte se desarrolla en Yecla, donde Azorín pasa sus años juveniles adoctrinado por el maestro Yuste. Su actitud es meramente receptiva; se limita a escuchar con avidez las palabras del maestro. Apenas hay trama. La trama más consistente de la novela la constituyen los frustrados amores del protagonista y Justina, que bajo la dirección espiritual de su tío Puche, anciano sacerdote, entra en un convento. Muy bella es la escena en la que los dos hablan por última vez: “El diálogo entre Azorín y Justina (…) ha cesado. Y llega lo irreparable, la ruptura dulce, suave, pero absoluta, definitiva” (pag. 138). En medio de estos amores frustrados destaca la figura de Iluminada(nótese el nombre), que media entre la pareja. Azorín admira en ella lo que a él le falta: la voluntad y resolución. Termina esta primera parte con la muerte de los dos únicos seres queridos por el protagonista: Yuste y Justina, su antigua novia.
La segunda parte se inicia con la marcha a Madrid. Antonio Azorín pasa a ocupar un lugar más destacado. La realidad se nos ofrece a través de los ojos del protagonista, que se expresa en largos monólogos en un estilo directo, que alternan con la voz del narrador. Destacan algunas estampas como el homenaje a Olaiz, joven nietzscheano y admirador del Greco, que es trasunto de Baroja; la visita de Azorín al admirado anciano Pi y Margall y el emocionado homenaje de los jóvenes escritores ante la tumba de Larra.
La tercera parte es mucho más deslavazada y tiene una entradilla (Tercera Parte), donde dice: “Esta parte del libro la constituyen fragmentos sueltos escritos a ratos por Azorín” (pag.257), durante su viaje por el campo murciano, está escrita en 1ª persona a modo de diario. Los siete capítulos de esta tercera parte se desarrollan en tres enclaves espaciales, que son Blanca (cap. I y II, convento de Santa Ana en Jumilla (cap. III, IV y V) y las tierras yeclanas del Pulpillo (cap. Vi y VII). La voz de Antonio Azorín nos llega de manera directa y reflexiona sobre su mermada voluntad, contempla la vida como absurda y examina el estado de los pueblos con tintes noventaiochistas, sobre todo la ruina de los campos españoles por la crisis vitivinícola y la usura. El encuentro con Iluminada y la misa a su lado marca ya la aceptación de un destino y de una voluntad muy debilitada.
Y el epílogo de “La Voluntad” se desarrolla de nuevo en Yecla, en un enclave temporal deducible (unos días de 1902) y con un nuevo molde narrativo (el epistolar) y un nuevo punto de vista el del autor-personaje J. Martínez Ruiz, alter ego del protagonista. Este epílogo está formado por tres cartas, que proporcionan nuevos datos al lector, que tienden a ir marcando el desenlace. En ellas se nos informa del matrimonio de Antonio con Iluminada, que trae consigo su completa anulación y el alejamiento de la vida intelectual. La falta de voluntad de Antonio, no es sólo consecuencia de las enseñanzas del maestro Yuste, sino también de la peculiar idiosincrasia de Yecla, dice: “En otro medio, en Oxford, en New York, en Barcelona siquiera, Azorín hubiera sido un hermoso ejemplar humano, en que la inteligencia estaría en perfecto acuerdo con la voluntad, en cambio la falta de voluntad ha acabado por arruinar la inteligencia” (pag.297). También se cita en la carta III la Iglesia Nueva, sin terminar, que queda como testigo de la falta de voluntad de un pueblo, de su incapacidad para el esfuerzo continuado.
Las tres cartas, fechadas en “Yecla, a tantos” están firmadas por J. Martínez Ruiz y dirigidas a Pío Baroja. Ambos remitente y destinatario son amigos del protagonista por lo tanto personajes, pero a la vez por tratarse de personas reales, los límites entre la realidad y la ficción se difuminan. El final del epílogo no señala el cierre de la trayectoria vital del protagonista. La última carta deja la novela abierta. J. Martínez Ruiz apunta la posibilidad de una 2ª novela: “La segunda vida de Antonio Azorín”, porque no cree que Azorín se resigne a vivir así: “Él es un ser complejo; (…) Azorín es lo que podíamos llamar un rebelde de sí mismo (…). Esta segunda vida será como la primera: toda esfuerzos sueltos, audacias frustradas, paradojas, gestos, gritos…”(pag. 300-301).

En cuanto al espacio está bien delimitado, no así el tiempo. El escenario más sostenido es Yecla en el prólogo, la primera parte y el epílogo. La segunda parte transcurre en Madrid con algunas salidas a Getafe a ver al padre Lasalde, a Toledo y en su viaje de regreso a Yecla recala en algunos pueblos murcianos de Jumilla.
Sin duda Yecla –la ciudad y el campo- es el escenario de mayor protagonismo, parece que es una tierra dotada de tanta fuerza que paraliza voluntades, determinando que quede sin acabar la Iglesia Nueva y pasa a ser el pueblo símbolo de España.
Las acotaciones temporales son imprecisas. La acción de la novela es más o menos contemporánea con su publicación (1902). Estas referencias temporales nos vienen dadas por la novelización de hechos documentados en los que intervino el joven J. Martínez Ruiz: el viaje a Toledo (diciembre de 1900), visita a la tumba de Larra (febrero de 1901) y el homenaje a Baroja (marzo de 1902); pero en la narración tales hechos carecen de determinantes temporales precisos y además se rompe el orden cronológico de la ficción con la realidad. No se ha buscado la correspondencia entre el tiempo real y el novelado.

Personajes: Del protagonista, Antonio Azorín, nos llegan momentos discontinuos de su vida. Así conocemos a Antonio Azorín en su etapa juvenil, formativa y lo dejamos al cabo de los años en la edad adulta sumisa, casado con Iluminada. Y lo que se nos cuenta son los diversos estados de ánimo de este intelectual sensible y aislado, que se identifica con los hombres de su tiempo. Además en la construcción del personaje se han utilizado rasgos calificados de autobiográficos por parte de J. Martínez Ruiz.
El maestro Yuste moldeará con sus pláticas el espíritu inquieto del joven Antonio. Sus enseñanzas llevan la impronta de numerosas lecturas de Nietzche, Kant, Montaigne y sobre todo de Schopenhauer; en el capítulo III de la primera parte al describir el despacho de Yuste se destacan los tres volúmenes de “El mundo como voluntad y representación” y cómo las palabras de Yuste transmiten el pesimismo de su lectura.
Contrasta con este filósofo pesimista el padre Lasalde, hombre recto, de recia personalidad, que representa un catolicismo consolador. En él aparecen la nota mística y la filosofía voluntarista.
Las dos figuras femeninas son antitéticas. Frente al misticismo y el espíritu de renuncia de Justina, auspiciada por el padre Puche, el carácter imperioso y autoritario de Iluminada.
También cabe reseñar la presencia de dos personajes secundarios: Quijano y Val, que protagonizan los inventos presuntamente espectaculares que han de secarnos de nuestro atraso histórico.Actúan como símbolo de la mentalidad yeclana-y por consiguiente española- que huye del esfuerzo continuado y se aferra a las ilusiones (al golpe de suerte).

El paisaje: Dice Yuste: -“Lo que da la medida de un artista es su sentimiento de la naturaleza, del paisaje… Un escritor será tanto más artista cuanto mejor sepa interpretar la emoción del paisaje” (pag. 130), esta afirmación del maestro Yuste tiene su interés, ya que en esta ocasión es portavoz de Martínez Ruiz, y además la crítica siempre ha considerado a Azorín como uno de lo mejores cultivadores del paisaje. Carlos Blanco Aguinaga dice.”Es Azorín el mejor y más constante paisajista de la generación”2 .
J. Martínez Ruiz como buen impresionista emplea la mancha y la pincelada aislada según la hora del día, con lo que tenemos la luz, que debilita los colores: “En la lejanía el cielo cobra tonos de verde pálidos. El mediodía llega. La mancha gris de olivos es esclarece; el verde oscuro de los sembrados se torna verde claro” (pag. 192). Los días grises ofrecen mayor riqueza cromática: “En los días grises, la tierra toma tintes cárdenos,ocres, azulados, rojizos, cenicientos, lívidos” (pag.192).
No sólo las sensaciones cromáticas, también las sonoras cobran importancia, así el ruido del amanecer yeclano, que se inicia con el toque de las campanas de las distintas iglesias
como si enteraran en diálogo, es una clara expresión de la religiosidad que domina al pueblo. El ruido de las calles y suburbios de Madrid, producido por el tránsito urbano, envuelto en su rutinaria inconsciencia será denigrado. En cambio en el paisaje campestre será el silencio la nota primordial, sólo alterada por los sonidos naturales del viento, del agua, del ladrido de un perro, el trino de un pájaro o una canción lejana: “De cuando en cuando un pájaro trina aleteando voluptuoso en la atmósfera sosegada; cerca una abeja revolotea a un romero, zumbando leve” (pag.192). Es un paisaje sentido y que nos hace sentir, muy diferente del frío paisajismo de la generación precedente.

Significación: “La Voluntad” fue la primera y más significativa novela de J. Martínez Ruiz, publicada en la primavera de 1902 por una editorial de Barcelona: Henrich y Cia., dentro de la colección:”Biblioteca de Novelistas del sigloXX”, dirigida por Santiago Valentí Camp. Esta colección se había inaugurado con “Amor y pedagogía”, novela de Miguel de Unamuno. El editor Manuel Henrich y Girona, determinó que las novelas de esta colección tuvieran un número no inferior a 300 páginas. José Martínez Ruiz cumplió con lo estipulado por el editor, ya que la edición príncipe de “La Voluntad” tiene 302 páginas; pero Unamuno tuvo que añadir un epílogo y aún así no logra con la cifra deseada y tuvo que sumar: “Apuntes para un tratado de cocotología (la papiroflexia unamuniana) y “Apéndice”3; y Baroja también tuvo problemas con ”El mayorazgo de Labraz”.
Cuatro son “las novelas de 1902” que tienen un carácter renovador: “La voluntad”, “Amor y pedagogía”, “Camino de perfección” de Pío Baroja y “Sonata de Otoño” de Valle-Inclán. Estas novelas valiéndose de distintos y personales procedimientos narrativos rompen con los moldes del realismo decimonónico. Además estos autores ofrecen aportaciones teóricas sobre el nuevo tipo de novela así Martínez Ruiz en “La Voluntad” en el cap. XIV reflexiona sobre la novela: “Ante todo, no debe haber fábula…la vida no tiene fábula: es diversa, multiforme, ondulante, contradictoria”(…) (pag.133), afirma Yuste. Igualmente Unamuno en el capítulo XVII de “Niebla” (dialogan Augusto Pérez y Goti, sobre la novela que Goti escribe). “-Pero, ¿te has metido a escribir una novela?. -¿Y qué quieres que hiciese? – Y cuál es el argumento, si se puede saber?- Mi novela no tiene argumento,o, mejor dicho será el que vaya saliendo. El argumento se hace solo.”4
“La Voluntad”,pues, constituye un signo de modernidad literaria en las letras españolas del principios del siglo XX. El joven Martínez Ruiz asimila la prosa impresionista europea de los Goncourt, Anatole France y escribe una novela con una forma cambiante y liberada de la esclavitud de la fábula. Su escritura es síntoma de la disolución de los géneros literarios, donde lo subjetivo y lo autobiográfico cobran fuerza. “La Voluntad” renueva la novela tradicional y servirá de modelo a la novela lírica y a la novela de vanguardia de Gabriel Miró, Gómez de la Serna y Benjamín Jarnés.
En cuanto a la recepción “La Voluntad”se leyó poco, aunque la crítica no le fue adversa. Tuvo ediciones en 1915 y en 1940 y ediciones actuales tenemos: la edición de Cátedra, la de Castalia, la edición del Centenario en Biblioteca Nueva y también fue editada por el diario “EL MUNDO”: “Las cien mejores novelas en castellano del siglo XX “en 2001.
Podemos concluir que en “la Voluntad” se describe el fracaso del joven revolucionario Antonio Azorín frente a una España hostil y en decadencia. Muestra ,también, la lucha interior del protagonista que intenta superar su abulia, pero se siente ahogado por su pesimismo. Esta novela se puede considerar como epítome de toda una minoría intelectual española-La juventud del 98- que intentó transformar la vida social, política y económica criticando a todas las instituciones. Sin embargo como le pasa a Azorín, fue un grupo incapaz de poner en práctica su rebeldía por falta de energía y decisión.
La historia personal del protagonista puede extrapolarse a la realidad de entonces (el 98), así como la actitud vital de José Martínez Ruiz, que adoptará el apellido de su creación como seudónimo literario en 1903, AZORÍN.
Por otra parte, el título “La Voluntad”, es una pura paradoja, bajo la cual se oculta la novela de la abulia (no-luntad) y del fracaso.
A pesar de todo “La Voluntad” es una novela que soporta el paso del tiempo y mantiene su vitalidad textual y creativa cumplido el centenario.

Novelas de Azorín:
Diario de un enfermo, 1901, La Voluntad,1902, Antonio Azorín,1903, La confesiones de un pequeño filósofo, 1904, Don Juan, 1922, Doña Inés, 1925, Félix Vargas, 1928
Superrealismo, 1929, Pueblo (Novela de los que trabajan y sufren), 1930, El escritor, 1942, Capricho, 1943, El enfermo, 1943, la isla sin aurora, 1944, María Fontán, 1944 y Salvadora de Olbema, 1944.

BIBLIOGRAFÍA:
Martínez Ruiz. “La Voluntad”.(Edición de Inman Fox)Clásicos Castalia. Madrid, 1989
Show Donald.”La Generación del 98”. Cátedra. Madrid, 1985
Blanco Aguinaga, Carlos.”Juventud del 98”. Edit. Crítica . Barcelona, 1978.
Cacho Viu, Vicente.”Repensar el 98”.Biblioteca Nueva. Madrid, 1997.
Laín Entralgo, Pedro.”La Generación del Noventa y Ocho”. Col. Austral. Espasa-Calpe. (8ªedición)Madrid, 1975

Madrid, otoño, 2007

Anastasio Serrano
anastasioser1@yahoo.es
1 Martínez Ruiz J. “La Voluntad”.Edición de Inman Fox. Clásicos Castalia. Madrid, 1989. Todas las citas que hagan referencia al texto de “La Voluntad” serán de esta edición. Esta cita corresponde a las pp.80-81
2 Blanco Aguinaga, Carlos.”Juventud del 98”. Editorial Crítica. Barcelona, 1978. Pag. 272
3 Unamuno, Miguel de .”Amor y pedagogía” (3º edición). Col. Austral. Espasa-Calpe. B. Aires,1944. Así pretende Unamuno satisfacer al editor: “Opto por añadirle un epílogo, con lo que se consigue, además, que tenga mi libro(…), prólogo, logo y epílogo, y es lástima que las necesidades del ajuste y el tipo fatal de 300 páginas (…) pag. 128
4 Unamuno, Miguel de.”Niebla” (Duodécima edición). Col Austral. Espasa-Calpe. Madrid, 1968,pag. 91

lunes, 5 de noviembre de 2007

EL JARAMA

“EL JARAMA” de Rafael Sánchez Ferlosio


Rafael Sánchez Ferlosio (Roma, 1927) es hijo del escritor Rafael Sánchez Mazas y de madre italiana. Inició los estudios de Arquitectura, que luego abandonó y estudió Filosofía y Letras /Semíticas) en la U. Complutense de Madrid. Allí conoce a Carmen Marín Gaite, Ignacio Aldecoa y a Jesús Fernández Santos. También comenzó los estudios de cinematografía en la Escuela Oficial, pero también los abandonó.
Comenzó su carrera literaria publicando relatos en revistas de finales de los años 40. Participó con Aldecoa y Alfonso Sastre en la “Revista Española”, donde publicó dos narraciones y tradujo “Totò il buono” de C. Zavattini.
En 1951 publicó “Industrias y andanzas de Alfanhuí”, relato que llamó la atención por la pulcritud del estilo y el interés argumental. Entre el 10 de octubre de 1954 y el 20 de marzo de 1955 escribió. “El Jarama”, que presentó al Premio Nadal en 1955 y ganó por unanimidad y el libro apareció en 1956, al año siguiente recibiría el premio de la Crítica.
Dejó de publicar durante un largo periodo de tiempo hasta que en 1974 publicó una serie de artículos y ensayos, “Las semanas del jardín”. Hasta 1986 no apareció su segunda novela, “El testimonio de Yarzof”, así como dos libros de ensayo , “Mientras no cambien los dioses, nada ha cambiado” y “Campo de Marte”, “La homilía del ratón” (recopilación de artículos periodísticos). En 1993 presentó su libro de aforismos con el significativo título de:”Vendrán más años malos y nos harán más ciegos” (pecios). En 2003 publica, “Non olet” y su última obra publicada es el “Geco”(2005).
A lo largo de su vida ha colaborado en revistas como El Urogallo, Claves de razón Práctica, Cuadernos Hispanoamericanos, Revista de Occidente y en los periódicos Arriba,ABC, Diario 16 y El País.
Y en 2004 se le ha reconocido con el Premio Cervantes.

El Jarama. Un grupo de amigos(seis chicos y cinco chicas) pertenecientes as la clase media baja, pues trabajan en cafeterías, fábricas y talleres, hacen una excursión al río Jarama a su paso por San Fernando de Henares (a 16 kilómetros de Madrid, Puente Viveros). Es un domingo de agosto y los excursionistas llegan al lugar y dejan sus pertenencias en la venta de Mauricio, que espera la llegada de muchos madrileños, que vienen a pasar el día. En la venta están los parroquianos habituales, los lugareños, que van llegando y hablan de sus cosas y dejan ver unas vidas elementales y grises.
La acción se centra en dos focos espaciales: en el Puente Viveros, lugar de los excursionistas y en la venta de Mauricio con los lugareños estáticos y las idas y venidas de los jóvenes. Los chicos y sus novias discuten de temas intrascendentes, beben, juegan a las cartas, se bañan, pasean y hablan y hablan. Sus conversaciones son anodinas, triviales, sin inquietudes. A la hora de comer tienen que ir a recoger las fiambreras que han dejado en la venta de Mauricio. Comen y descansan a la hora de la siesta y siguen dialogando sobre temas de escasa relevancia.
Por la tarde los amigos se separan: un grupo sube al jardín de la venta a bailar y el resto prefiere continuar a orillas del río. Entre los que se quedan están Tito y Lucita, que han bebido más vino de la cuenta. Tito y Lucita se besan con la euforia del alcohol. Lucita llora. Es una chica frágil, la más tímida y vulnerable del grupo.
Mauricio, el ventero, ha ido recibiendo a lo largo del día a sus clientes. Lucio, ex presidiario, ex panadero, ha sido madrugador, a las nueve menos cuarto ya estaba en la venta. Allí también está el viejo alemán Esnéider, el alguacil Carmelo, Aniano, empleado del ayuntamiento, el innombrable hombre de los zapatos blancos y el paralítico Coca-Coña. También recibirá la visita de un taxista de Madrid, Felipe Ocaña, al que conoció cuando convalecía en el hospital, que viene con una gorda impertinente y sus cuatro hijos.Mauricio tiene una hija, Justina y aquel día su novio se enfada con ella, porque no quiere que juegue con los clientes a la rana .
Cuando empieza a anochecer, Sebastián , chico alegre y su novia Paulina se dan un baño para refrescar y limpiar su cuerpo. Lucita hace lo mismo; pero nada más entrar en el agua sufre un desmayo y muere ahogada sin que se pueda hacer nada por salvarla. Daniel sube a venta para avisar a los demás. Llaman al juez de Alcalá de Henares, que practica el levantamiento del cadáver y lo dejarán en el depósito para que el forense le haga la autopsia.
El grupo regresa a Madrid sobrecogido, angustiado y muestran su inquietud por comunicar la fatal noticia a la madre de Lucita. Luego continuarán con sus vidas, asimilada la tragedia, seguirán con su vida vulgar y sin inquietudes. Lucita muere, el Jarama sigue vivo. Lucio, el madrugador, abandona, a la una menos diez, la venta de Mauricio.

Estructura: “El Jarama” consta de 57 secuencias de distinta extensión que combinan el diálogo y la descripción. La narración se ajusta a la 3ª persona y la voz narrativa se limita a ser testigo de lo que sucede. “ver lo que sucede en un tiempo y espacio acotado”, dice RSF. en una entrevista. El autor utiliza en “El jarama” la técnica objetivista y su novela ha sido considerada como paradigma de dicha técnica. Y este objetivismo se logra mediante del diálogo (novela-magnetofón, se ha dicho), que ocupa las dos terceras partes de la novela y el resto es descripción de lugares, personajes y de acciones. La novela ,como se ha dicho, está escrita en 3ª persona y el autor está ausente, apenas se nota su presencia; el subjetivismo resulta muy elaborado; veamos la presencia del autor en la descripción de paisajes: “Corría el agua rojiza, anaranjada, trenzando y destrenzando las hebras corrientes, como los largos músculos del río” (pag. 28. Destino, 2005). “Sucesivas mesetas de caliza y margas, blanco de hueso, destacaban sobre los valles, como los omóplatos fósiles de la tierra” (pag. 329); “Campo negro, donde el ojo de cíclope del tren brillaba como el ojo de una fiera” (pag. 227).

En cuanto al espacio, empezando por su título, esta novela nos remite a una localización concreta, el rio Jarama y el primer párrafo del texto procede de una obra de Casiano de Prado1 y RSF da cuenta en la 6ª edición de la procedencia del texto que abre y cierra la novela.
La novela consta de 57 secuencias y los dos textos geográficos del principio y del final separados por asterísticos, es, pues, una novela enmarcada.
“El Jarama tiene dos focos espaciales constantes: la venta de Mauricio, con el local(bar), cocina y jardín y el Puente Viveros, donde la pandilla de jóvenes madrileños va a pasar el domingo y donde una compañera va a morir ahogada.

En las dos localizaciones anteriores transcurren las 16 horas de duración de la novela, desde las 8,45 de la mañana del domingo hasta las 12,50 de la noche entre el domingo y el lunes. El paso del tiempo se expresa en la novela de forma explícita en la 1ª secuencia (mirando el reloj):” Cuando el pito del tren llegó hasta sus oídos, habló el ventero: -Las nueve menos cuarto” (pag.8) y el la última secuencia (penúltima página):”Tiene que ser ya muy tarde (…). –La una menos diez- dijo Mauricio” (pag. 364). Otras veces el paso del tiempo se hace de forma implícita: “Ya empezaban los chopos a estirar sus sombras hacia Levante” (pag. 151). Entre las páginas 216 y 225 se anuncia la llegada de la noche sobre el río, la venta y la carretera y de súbito comienzan a aparecer las luces eléctricas y la luna; entonces al no haber luz o ser escasa predominan las percepciones auditivas frente a las visuales: “Llegaba el alboroto, las voces de juerga, la música incesante de las radios”.(pag.156).
La novela, por otra parte, consta de una serie de secuencias localizadas bien en la venta de Mauricio o en el río y protagonizadas por unos personajes u otros; pero el tiempo no corresponde a momentos sucesivos, como ocurría en la novela tradicional, sino a momentos simultáneos: los personajes, en los dos focos espaciales, comparten un mismo tiempo, las 16 horas; y lo más sobresaliente es el movimiento de los personajes de un foco a otro, que es expresado en secuencias mixtas, es decir, localizadas en ambos focos.

Significación: La cita de Leonardo da Vinci que precede a la novela expresa la idea de Heráclito del “panta rhei”(todo fluye y nada permanece en un ser fijo, no puede uno bañarse dos veces en el mismo río) y este “panta rhei” está simbolizado por la corriente del río Jarama, que se va renovando constantemente y a su vez su curso es inmutable . El río Jarama es una corriente de agua perpetua desde “el gneis de la vertiente sur de Somosierra” hasta el Tajo, que recoge sus aguas y “ se las llevas hacia Occidente, a Portugal y al Océano Atlántico”. Y en un punto concreto de su curso, el Puente Viveros, se insertas la acción con unos personajes, en un día determinado y en un momento se produce el enfrentamiento entre el tiempo humano, el de Luci y el del río. Luci muere y el río Jarama sigue su curso.
Los dos focos espaciales corresponden a dos grupos sociales: al proletariado industrial de la ciudad y al de los trabajadores rurales, dos generaciones distintas con diferente concepción del mundo y de la vida: la venta corresponderá a los trabajadores rurales que hicieron la guerra y el río a los jóvenes, que la contemplaron en su niñez. Asimismo el tipo de habla es diferente en uno y otro grupo: más expresiva en los hombres del pueblo, que se reúne en la venta de Mauricio y empobrecida, impersonal con un diálogo vulgar y anodino en los jóvenes del río, lo que ha supuesto un notable esfuerzo por parte del autor para convertir en literario el lenguaje coloquial. Este diálogo anodino, propio de jóvenes, se ve interrumpido, a veces, por descripciones precias que muestran una delicadeza poética ausente en las conversaciones de los protagonistas, porque entonces es el narrador quien habla.
El Jarama personificado en la tesitura de elegir entre la gente del campo y los jóvenes de la ciudad, se queda con los campesinos y castiga a las masas ciudadanas, al grupo de jóvenes, que con ansia de diversión vienen a perturbar la paz de la vida rural y la víctima es Lucita. El río personaje es un asesino que necesita cobrar vidas, a veces hasta de algún aniamal (oveja); así dice en la pag. 234.”si un día se negara la gente a meterse en el ría, saldría él a buscar a la gente” (¿desbordándose?), y además esas vidas son madrileñas, no de los hombres ribereños. El río se encarga de vengar las agresiones domingueras de los excursionistas madrileños.
Además la descripción geográfica del río no es algo gratuito dentro de la novela. Al contrario, la novela aparece como un paréntesis entre el comienzo y el final de la descripción; la novela narra lo que en la descripción geográfica no se dice: el encuentro entre el río y los hombres.
La novela fue muy bien acogida por los lectores y por la crítica de manera casi unánime, aunque hubo algún crítico que la tachó de insustancial y aburrida, e incluso le reprochaban la muerte final como inverosímil, que debía haber terminado como empezó, sin que pasase nada. Pero la crítica solvente (Corrales Egea, G. Sobejano, Sanz Vilanueva, de Nora, Ramón Buckey) han considerado “El Jarama” como una obra maestra, tremendamente revolucionaria dentro del contexto de la época.

OBRA NARRATIVA:
Industrias y andanzas de Alfanhuí, 1951
El Jarama, 1956. Premio Nadal, 1955
El testimoniio de Yarfoz, 1986
El Geco. Cuentos y fragmentos, 2005

BIBLIOGRAFÍA:
.Sánchez Ferlosio Rafael. “El Jarama”.Edit Destino. Barna, 2005
“Alfanhuí”. Salvat Editores.Estella,1982
.Corrales Egea, José. “La novela española actual”: Edicusa.Madrid,1971
.Villanueva, Darío.”El Jarama”, su estructura y su significado”. Edit U. de .Santiago de Compostela, 1973.
Garrido Gallardo, Miguel Ángel. “Literatura y sociedad y el España de .Franco”.Prensa Española. Madrid, 1976
REVISTAS:
.“Olvidos de Granada” nº 13. Extraordinario dedicado a la Generación del 50. Edit Diputación Provincial de Granada, 1984.
.“Archipiélago”, nº 13. 1997. Barcelona
.“Ínsula.- Diciembre, 2006. Madrid

Madrid, 2 de noviembre de 2007

Anastasio Serrano
anatasioser1@yahoo.es
1 .Prado, Casiano de. “Descripción física y geográfica de la provincia de Madrid”.Imprenta Nacional.Madrid,1864 (pag.10 y 11), aunque modifica un poco el texto.

jueves, 7 de junio de 2007

VOLVER A LEER “ LA FUENTE DEL EDAD” de Luis Mateo Díez


Luis Mateo Díez nació en Villablino (León) en 1942. Allí seguramente escuchó en las largas veladas invernales –filandones- los cuentos populares, los romances y las historias de los indianos regresados de América. No cabe duda que L. M. Díez tomó contacto directo con la literatura popular contada.
A los doce años su familia se traslada a León, donde estudia el bachillerato y Derecho en Oviedo. Y desde 1969 vive en Madrid, donde es funcionario del Ayuntamiento. Pero a pesar de vivir lejos de su patria chica en su obra reflejará ese territorio de la infancia, en el que se forja la memoria literaria.
Un jalón importante en su carrera literaria fue la fundación de la revista “Claraboya”,de 1963-68, una de las revistas de poesía de más enjundia de la época, quizá siguiendo la estela de “Espadaña”, también leonesa.
Desde su llegada a Madrid en 1969 ha desarrollado su carrera literaria aferrado siempre al territorio de su provincia mítica y al espacio narrativo de Celama, espacio imaginario de sus últimas novelas.

“La fuente de la edad” se publicó en 1986 por Ediciones Alfaguara y al año siguiente obtuvo el Premio de la Crítica y el Premio nacional de Literatura y es su segunda novela. La novela intenta recuperar una época, la de los años cincuenta, tan próxima a la Guerra Civil de 1936-39; y se trata de una novela de aventuras en busca de la fantástica "fuente de la edad",que es aquí la fuente de la eterna juventud, entendida ésta como recuperación de la virilidad. La ambientación corresponde a una ciudad de provincias, sin pulso y sumida en el marasmo de la postguerra.
Consta de tres partes: la 1ª, “El baúl de don José Mª Lumajo” es, según la novela tradicional, el planteamiento. Un grupo de amigos funcionarios medios, familiarizados con la vida insulsa y monótona de reunirse para beber, comer y hablar, crean una cofradía profana con fines altruistas. Su voluntad es la de alejarse de la vida insustancial que llevan en una ciudad de provincias que solo deja lugar para las comidas y las tertulias. La búsqueda de la legendaria y mítica fuente de aguas prodigiosas que devuelve la juventud y que un recordado canónigo(don José Mª) conoció, usó y potenció su virilidad, se convierte en su objetivo. En la 2ª parte, “La ruta de la fuente”, los cofrades emprenden una excursión en su búsqueda. Después de un penoso viaje, descubrirán que se trata de una broma urdida por sus contrincantes para tomarles el pelo. La 3ª parte, "La flor de invierno”, es el desenlace, pero construye una nueva trama que viene a ser la venganza que los cofrades se toman frente al círculo de las fuerzas vivas responsables de la broma anterior. El día elegido es el de la concesión del premio de poesía, “Flor de invierno”, que recae en el vate local, Paco Bodes Pellejero.Añadieron una pócima a la bebida que se sirve en la celebración y se ponen todos enfermos.

La 1ª parte de la novela funciona como un estricto planteamiento de la trama. Así el capítulo 1 presenta a los protagonistas con sus intereses comunes y el rito de la cofradía: comer y beber bajo la advocación del padre Gerónides, famoso guarnicionero, y todo ello para escapar de la realidad y de sus antagonistas, los instalados del casino. Aquí ya se comenta de la existencia de unas cartas de don José Mª Lumajo, que hablan de la fuente virtuosa y se anticipa la intención de realizar la excursión a la Omañona. Se introduce el personaje de Dorina, elemento misterioso y simbólico, que cerrará la trama .
En el capítulo 2º se siguen presentando la trazas de los miembros de la cofradía y su deambular nocturno por los bares de la ciudad; pero se sigue hablando de las cartas y de las pistas que conducen a ellas y se apunta a Olegario, “el Lentes”. Siguen su ronda etílica los cofrades y se detienen ante el Caño Rucayo, que representa una anticipación de la ansiada fuente de la edad. Aparece también aquí la muerte del mulo Celenque, condenado a cadena perpetua por matar a un comandante de una coz durante la guerra, episodio de humor esperpéntico y símbolo de la irracionalidad de los tiempos emputecidos que corren.
Aborda el capítulo 4 con el conflicto de Olegario ,”el Lentes”, pero que da noticias precisas del baúl de don José Mª, se encuentra en la casa de la calle Pilares,7. Los capítulos siguientes propician la búsqueda del baúl y el hallazgo de las cartas. Hay elementos de sorpresa, como la cita amorosa de Dioni y Sita en el piso vacío y la irrupción del hombre con la escopeta y los disparos o las apariciones de personajes estrafalarios como Cirilo, Turcia y Publio Andarraso; y el encuentro con los antagonistas en el burdel “La Cordera”, así como la alusión a los tiempos que corren; culmina el planteamineto y abre las puertas al nudo.
En la 2ª parte se inicia la expedición a la Omañona y tiene como objetivo central la búsqueda de la fuente virtuosa. Aquí se introduce a Aquilino Rabanal, cofrade venido de Madrid, experto en la topografía de la zona, y que aún no conoce el lector, y a Rutilio ,el pastor, que es el primero de los nuevos personajes que da noticias a los cofrades del canónigo y de la fuente.
Los capítulos 8, 9 y 10 describen y cuentan las tres jornadas de búsqueda de la fuente por la Omañona y los encuentros con personajes relacionados con la fuente; entre ellos tenemos a Pidio Legaña, un orate, Domingo García Priaranza, Manuela Mirandolina, Basilio Candemuela, Belisario Madruga, Fray Priscilo y los pastores. Estos estrafalarios personajes de rasgos esperpénticos simbolizan la huida de la realidad a través de la locura, los más o a través de la imaginación (Manuela Mirandolina),los menos. Pidio Legaña, orate donde los haya, está presente en los tres capítulos siguiendo la expedición y actúa como motivo de intriga y misterio y provoca indirectamente el encuentro amoroso entre Chon Orallo y Angel Benuza. Y en el último capítulo que narra la jornada de vuelta, el nuevo motivo que aparece en la trama es el artículo publicado por el “Afán”, que descubre a los cofrades la broma urdida por sus antagonistas y sólo queda la reacción de los cofrades en el desenlace.
En la 3ª parte los cofrades regresan a la ciudad y el motivo central es la venganza por la afrenta sufrida. El premio poético de la “Flor de Invierno” concedido a Paco Bodes, será el elemento dinamizador de la venganza y lo que les permitirá entrar en el casino. Después vendrá la pócima a base de jalapa preparada por don Florín. A la fiesta del casino faltan Aquilino Rabanal, cofrade venido de Madrid para la expedición de la Omañona y Chon Orallo. La estructura narrativa cambia en esta 3ª parte, los sucesos se desarrollan casi de forma teatral en secuencias paralelas para presentárselos al lector como simultáneos. Se describe todo el boato del casino con la entrega del premio y la lectura del madrigral de Paco Bodes a Tina Robla y los cofrades echan la pócima en las fuentes del cap, que produce la intoxicación de los asistentes (“que se conformen irse por la pata abajo y que se jodan”,cap, 15-pag.284). Y termina la novela con la “procesión” de los cofrades por la ciudad cubierta de nieve. Aún acuden los penitentes al Caño Rucayo, recuerdo de su fracaso en la búsqueda de la fuente y en el recorrido encuentran a Publio Andarraso, abrazado a una farola y termina la novela con el cuerpo de Dorina cayendo al vacío desde el tejado, símbolo de la libertad imposible, con dos únicos escapes de la locura o la muerte.Nuestros cofrades ensayan el sueño y el mito como huida de la realidad circundante.
El tiempo de la narración plasma los años oscuros de la dictadura, los años cincuenta. El planteamiento transcurre en junio, en primavera y simboliza la ilusión , el comienzo de la aventura; el nudo se desarrolla en julio, verano y simboliza el calor de la aventura y el desenlace sucede en invierno y simboliza la muerte de la ilusión y el desquite.
Por otra parte el tiempo cronológico narrado en la 1ª parte cuenta los sucesos de una noche, la búsqueda del baúl; en la 2ª parte se cuenta la aventura de la fuente-la excursión a la Omañona- en cinco días completos y en la 3ª parte se cuenta los sucesos de una noche: la fiesta del casino. Las partes 1ª y 3ª representan los tiempos oscuros y la 2º parte transcurre durante los cinco días a plena luz del día y representa la libertad de la aventura y el vuelo de la imaginación. El narrador oculta lo que sucede entre los hechos de la 2ª parte, de julio hasta el invierno y el lector debe darse cuenta de la humillación de los cofrades desde el regreso a la ciudad hasta la fiesta del casino (el desquite). El tiempo, pues, es intenso y reducido, una noche en la 1ª parte-búsqueda del baúl-, más prolongado para contar la aventura de la fuente y de nuevo intenso y reducido en la noche de la venganza.

En cuanto al espacio, en la 1ª parte todos los espacios son urbanos y cerrados, salvo las salidas hacia uno u otro sitio, símbolo de la situación política. Dentro de este espacio urbano es significativo el tejado de la buhardilla de Chon Orallo, espacio simbólico donde se sube a menudo Dorina y desde donde se lanza al vacío en busca de la libertad imposible. Los espacios de la 2ª parte son rurales y abiertos a ilusión y a la ventura y en la 3º parte el espacio vuelve a ser urbano y cerrado. Es la vuelta a la situación inicial de oscuridad política. Al final, la calle y la figura de Dorina volando en el aire(lanzada al vacío) cierran el símbolo de la impotencia de los tiempos emputecidos que se gastan.

Entre los personajes de la cofradía tenemos a don Florín, un boticario excéntrico no aceptado por los instalados, Chon Orallo, profesora de instituto, Aquilino Rabanal, cofrade venido de Madrid, ingeniero, Jacinto Sariegos, archivero, Paco Bodes, vate local, que gana la flor natural y Ángel Benuza, bohemio y muy dado a las citas cultas de las Bucólicas de Virgilio.
De otra parte está el grupo de los antagonistas del casino, formado por Pacho Robla, Plácido Iruela, Pascual Llombera y Juanito Garfín, que sólo tienen un encuentro con los cofrades en el burdel de “La Cordera”; publican el artículo de la broma en el diario “Afán” y tienen mayor protagonismo en la concesión de la “Flor de Invierno” a Paco Bodes en el casino.
Y en la 2ª parte-“La ruta de la fuente”- los cofrades se encuentran con unos personajes relacionados con el asunto de la fuente, se trata de Pidio Legaña, un capagrillos, Domingo Priaranza, un hidalgo apócrifo y sonado, que les muestra el museo de su casa, Rutilio, el pastor, Basilio Candemuela, pionero de minería en comarca, que está impedido y es realista e incrédulo de las virtudes de la fuente, además les desengaña, ya que la fuente había sido anegada por la erosión de las torrenteras, Manuela Mirandolina, una serrana arriscada y lúbrica, aunque también es una vieja tronada, que les muestra el prodigio de la moza triscadora, la ninfa. Estos personajes estrafalarios representan la huida de la realidad opresiva a través de la locura o la imaginación.
Aunque la estructura del relato es llevado a cabo con firmeza por la voz del narrador, las voces de los personajes tienen un gran protagonismo. La novela se sustenta en los diálogos de los cofrades, que hablan y hablan, sobre todo en los ágapes, pues estos cofrades son más “de mantel que se colcha”, dan su opinión, profieren citas reales o apócrifas. Los diálogos hacen progresar el sentido de la novela y tienen una mezcla de artificio literario y de lenguaje coloquial.
Quizá los contrincantes del casino, que también hablan en la 3ª parte son más comedidos y utilizan un lenguaje más funcional.
Un aspecto del discurso narrativo a tener en cuenta es la simbología nominal (nombres y apellidos) de los personajes, que sin duda guarda un relación implícita con la creación del territorio mítico e imaginario del autor. Los apellidos de los personajes remiten a topónimos reales fundamentalmente de la provincia de León; aunque también hay algunos de Asturias (Bodes, Sama y Melendres); pero L.M. Díez no pretende señalar un lugar concreto o situar la acción, sino que aprovecha su fonética de sabor antiguo. Estos son los nombres de pueblos leoneses que puso a los cofrades: Benuza, Sariegos, Orallo, Otero y Rabanal y a los antagonistas : Robla, Iruela, Llombera y Garfín y otros personajes secundarios: Lumajo, Renedo, Lucillo, Turcia, Ferreras, Andarraso. A una fuente le pone el nombre de un pueblo, Rucayo y a un personaje el nombre de un río, Bernesga. No cabe duda que con el uso de estos nombres propios el novelista proyecta de una manera consciente, el sustrato popular de su memoria y contribuye a la creación de su espacio narrativo mítico.

En cuanto a la significación ,“La fuente de la edad” narra la aventura de los cofrades del padre Gerónides (con un guiño al pellejero Genarín, santo laico, cuya procesión se celebra todas las noches del Jueves Santo en León), que tienen un grupo antagonista, los instalados, los del casino. Entonces frente a la ramplonería de los del casino con su total sumisión al orden establecido (“al servicio de las sotanas”), estos cofrades perdedores para soportar la realidad opresiva y sórdida de los tiempos que corren, dan rienda suelta a su imaginación y se ponen bajo la protección de la “saya de Afrodita y el laurel de Baco”.
Pero por encima de esta pugna entre instalados y perdedores está el mito de la fuente de la que fluye la belleza de la vida, en la que el arte y la literatura serán los más dignos empeños humanos contra la miseria , el adocenamiento y la opresión.
La fábula de la fuente tiene dos perspectivas, de un lado el sentido lúdico de la literatura, que descansa en el humor y en la parodia carnavalesca, y de otro la defensa de la imaginación frente a la mediocridad de las circunstancias políticas. Los cofrades sueñan poder liberarse de su realidad a través de la ilusión de la fuente y construir una realidad ilusoria

BIBLIOGRAFÍA:

Díez, Luis Mateo.”La fuente de la edad” Ediciones Alfaguara. Madrid,1986 (1ª edición)
Díes, Luis Mateo.”La fuente de la edad” Editorial Cátedra. (Letras Hispánicas). Edición de Santos Alonso. Madrid,2002.
Díez, Luis Mateo. “La fuente de la edad”. Espasa Calpe. Madrid,1992 (Prólogo de José Mª Merino).
VV. AA.”Literatura Contemporánea en Castilla y León”. Edit. Junta de Castilla y León. Valladolid, 1986.

martes, 24 de abril de 2007

Leer "LA VERDAD SOBRE EL CASO SAVOLTA" de Eduardo mendoza

LEER “LA VERDAD SOBRE ELCASO SAVOLTA”
de Eduardo Mendoza



Eduardo Mendoza nació en Barcelona en 1943. Estudia el bachillerato en un colegio religioso y emprende la carrera de Derecho por tradición familiar (su padre era fiscal). Una vez terminados los estudios, trabaja en diversas empresas, pero no se siente satisfecho y en 1973 se traslada a Nueva York, donde trabaja como intérprete de la ONU, puesto que le deja tiempo libre para leer, viajar y escribir.
En 1975 y para el 23 de Abril aparece: “ La verdad sobre el caso Savolta”, su primera novela, que fue recibida con asombro y entusiasmo por la crítica. Los juicios fueron unánimes: rara vez una “opera prima” ha alcanzado tal grado de madurez y en 1976 se le concedió el Premio de la Crítica, el más prestigioso de cuantos se conceden en España, que, además, no tiene dotación económica.
Posteriormente publica dos novelas policiacas dirigidas al entretenimiento del lector, con mucha aventura y acción: “El misterio de la cripta embrujada”(1979) y “El laberinto de las aceitunas” (1982).
En 1983 regresa a Barcelona y en 1986 publica “La ciudad de los prodigios”, novela de mayor aliento que las dos precedentes, aunque sin superar a “La verdad…”.En 1989 publica “La isla inaudita” y luego en 1991, “Sin noticias de Gurb”, que se publicó primero por entregas en el diario “El País”(1990), al estilo del folletín decimonónico.
En 1990 estrena en catalán la obra de teatro “Restauració” en el teatro Romea. Después se traducirá al castellano y se representará en Madrid con notable éxito(1991). Vuelve a la novela con :”El año del diluvio”(1992). “Una comedia ligera”(1996), “La aventura del tocador de señoras”(2001), “El último trayecto de Horacio Dos”(2001), también publicada por entregas el diario “El País” y por último ha publicado: “Mauricio o las elecciones primarias”(2006).
Muchas de sus novelas han sido llevadas al cine. “La verdad…”(1979), dirigida por Antonio Drove; “El misterio…”(1981) por Cayetano del Real; “La ciudad de los prodigios”(1999) por Mario Camus; “El año del diluvio”(2004) por Jaime Chávarri y en alguna de estas cintas ha participado como guionista.
Eduardo Mendoza, seguidor de la tradición literaria castellana, se declara deudopr de Cervantes, Valle-Inclán y Baroja y considera “El Lazarillo” como la gran novela fundacional. Entre lo extranjeros admira a Flaubert, Stendhal, Dickens y Tolstoi. Mendoza aúna en su obra la calidad literaria con el éxito comercial.

Argumento:
“La verdad…” recoge los recuerdos de Javier Miranda, espectador y protagonista de unos hechos ocurridos en Barcelona en 1917 y 1919, en torno a la empresa industrial Savolta, presidida por un aventurero enigmático, Lepprince, hechos que ,además, se trenzan con una trama amorosa. Javier Miranda, que debe cobrar en nombre de la empresa Savolta una elevada póliza de seguros en Nueva York, es llevado a juicio por la compañía aseguradora, que pretende no pagar unos gastos tan elevados. Desde el juicio se rememoran y recrean los hechos que lo han motivado. Y no sólo los últimos, sino los más antiguos, los que se iniciaron con la prosperidad de la empresa Savolta y la posterior quiebra, y el incendio que la hace desaparecer sin que se conozcan las causas. Javier Miranda lleva el hilo conductor desde que Lepprince contrató, en época de prosperidad de la empresa, a dos matones para que escarmentaran a los cabecillas de una huelga. La protesta obrera fracasó, pero un periodista idealista y extravagante, Domingo Pajarito Soto, denuncia la represión. El hábil Lepprince contrata al periodista para que realice una investigación sobre la empresa y ganárselo; pero una cadena de hechos y situaciones desencadenan una serie de muertes inesperadas, así Pajarito Soto es asesinado en extraña situación (un coche lo atropella cuando regresaba borracho a casa), y poco después Savolta, el principal dueño de la empresa es acribillado a tiros.
El comisario Vázquez, que toma en sus manos el caso, no logra evitar que se sucedan los atentados contra el jefe de personal, Claudedeu, que muere y un atentado fallido contra el propio Lepprince. Despejado el camino Lepprince se casa con Rosa Mª Savolta y consigue su objetivo: la dirección de la fábrica. Con el final de la 1ª Guerra Mundial la empresa se hunde, el comisario Vázquez es trasladado a Tetuán para que no siga investigando; suceden nuevos asesinatos como el del accionista Pere Parells. Javier Miranda se casa con Mª Coral, mujer de los bajos fondos., pero de belleza misteriosa, Miranda ignora que ésta es amante de Lepprince, aunque terminará fugándose con el guardaespaldas de Lepprince: Max. Pero el comisario Vázquez declara a Javier Miranda poco antes de morir que Lepprince era el único responsable de las muertes de Pajarito Soto, Savolta y los demás y todo ello para ocultar el tráfico de armas para el ejército alemán; ya que Savolta tenía contratada la producción con los aliados.
Al final de la novela Mª Coral, después de la fuga con Max, acude a casa de Miranda y deciden emigrar a Nueva York, donde se celebra el juicio ante el juez Davidson en 1927.

Estructura: “La verdad sobre el caso Savolta” irrumpe en el panorama literario español en un momento en que el experimentalismo de los autores de la generación anterior está tocando a su fin. Se trata de la narrativa, que en 1962 inauguraba Luis Martín-Santos con “Tiempo de silencio”, ésta presentaba una renovación formal de las técnicas y elementos narrativos, aunque sin abandonar todavía la crítica social y la denuncia del atraso cultural y científico en el que se encontraba la España de posguerra. Hacia 1967 esta tendencia por la preocupación formal se radicaliza y da lugar a la corriente experimentalista, cuyo principal objetivo es el presentar las formas de expresión más novedosas en todas las artes (pintura, música y literatura). En el terreno de la novela se presta especial interés al plano lingüístico y se dejan de lado los elementos más tradicionales del relato. Los novelistas se centran en la originalidad y la novedad de la forma y olvidan la trama, el retrato de los personajes, el espacio y el tiempo concretos. Fruto de todo ello surgió un tipo de novela poco atractiva para el lector medio, que no la entendía y que le aburría por el escaso hilo argumental de algunas novelas.
El experimentalismo, que había nacido como reacción a la corriente narrativa de posguerra del realismo crítico y objetivista de los años 40 y 50 y como un intento de recuperar el vanguardismo español y europeo de los años 20 y 30, había caído en el extremo opuesto: el lenguaje ya no era un elemento para comunicar contenidos, sino un fin en sí mismo.
Frente a esta literatura elitista-experimentalista, y como reflejo de los nuevos tiempos, “La verdad…” encabeza la llamada novela de la transición, que consigue reunir en el mismo texto los ingredientes tradicionales del relato y la utilización moderada de las novedades formales aportadas por el experimentalismo.
Eduardo Mendoza toma, como punto de partida de su novela, el momento cumbre del enfrentamiento social en Barcelona de la lucha obrera y la patronal de la segunda década del siglo XX. Pero en “La verdad…” la historia se ha manipulado conscientemente, porque el autor lo que pretende es crear un trasfondo histórico como realidad ficcional, que le permita el juego entre lo real y lo ficticio, lo histórico y lo literario.
En cuanto a las fuentes el propio Mendoza en la “Nota” inicial nos dice que existen fuentes concretas en las que se fundamenta la narración; es decir que ha habido un trabajo de documentación y luego una labor de transformación literaria para hacer verosímil el relato. No obstante en la obra subyacen hechos reales, que se han modificado, y a los que se les ha cambiado el nombre de los protagonistas y las circunstancias espacio-temporales. Así el asesinato del industrial Savolta mantiene un paralelismo con el perpetrado contra el industrial José Alberto Barret. El barón de Köning tendría su paralelismo con Lepprine. El “mestre” Roca nos recuerda a Joan Montseny, anarquista y maestro de escuela. Hay oros personajes que actúan sin máscara como Alfonso XIII y su esposa. Pero todo este material histórico manipulado por Mendoza facilita la creación de un fondo histórico verosímil.
La novela se divide en dos partes de 5 y 10 capítulos respectivamente; a su vez los capítulos se componen de varias secuencias. Por tanto se utilizan tanto los capítulos de la novela tradicional como las unidades narrativas de la novela actual.
La novela recoge, como se ha dicho,los recuerdos del protagonista, surgidos con ocasión de un juicio muy posterior a los hechos recordados. Sin embargo como las razones de este juicio no aparecen hasta la página 536, casi al final, las primeras impresiones del lector son de sorpresa y de desconcierto. Además la presentación de la historia es fragmentaria, con múltiples puntos oscuros, que no se resuelven hasta el final. Se trata, pues, de una novela enigma, con una estructura emparentada con la novela policiaca.
Si analizamos el desarrollo de la historia podemos distinguir tres partes de complejidad decreciente:
1ª parte: Los capítulos I-V. En ellos encontramos materiales heterogéneos: fragmentos de un interrogatorio judicial, textos periodísticos, documentos, cartas y mezclados con todo esto, van surgiendo los recuerdos del protagonista, pero de forma inconexa, dispersos. Estamos asistiendo a los caprichosos mecanismos de la memoria; a principios del capítulo IV, el autor justifica hábilmente su proceder, dice Javier Miranda:”Los recuerdos de aquella época, por acción del tiempo, se han uniformado y convertido en detalles de un solo cuadro (…) la imágenes se mezclan felices y luctuosas, en un plano único y sin relieve (…), los recuerdos adquieren un aura de santidad que los transfigura y difumina” (pag. 223). En esta primera parte y fruto de esos recuerdo difuminados se produce un desorden cronológico y además son frecuentes los cambios de punto de vista.
2ª parte. Los capítulos I-V de la segunda parte ofrecen menor complejidad narrativa, pero continúa el desorden cronológico, por una parte sigue la historia en el año 1918, pero por otra retrocede a fines de 1917 para asistir, desde el punto de vista de Nemesio Cabra, a algunos acontecimientos ya narrados en la primera parte.
3ª parte. En los capítulos VI-X, el relato se desarrolla con sencillez, hay un solo hilo argumental, contado linealmente y siguiendo los patrones narrativos tradicionales, sometidos a un hábil “pastiche”.

El punto de vista: En la primera parte de la novela hay mayor cantidad de narradores, ya que se corresponden con los diversos documentos(cartas, artículo, declaración, affidávit) que el autor ofrece, y aparecen en menor proporción en la segunda parte.
El hilo conductor son las declaraciones que Javier Miranda realiza y el material narrativo brota de su memoria. Por tanto este personaje-narrador sólo puede explicar aquello que ve y siente en el espacio que actúa. El lector percibe y conoce a través de lo narrado por este personaje, en primera persona, todo lo relativo al despacho de Cortabanyes, la historia de Pajarito Soto y Teresa; las salidas al cabaret, las reuniones en casa de Lepprince, los encuentros con los anarquistas. Javier Miranda ha sido testigo de todas estas peripecias y las cuenta. En los últimos capítulos de la novela (VI-X), el narrador del relato lineal vuelve a ser Miranda, quien ya no es un mero testigo, sino que pasa a ser protagonista activo de la historia.
En cambio hay un conjunto de secuencias cuyo narrador, en tercera persona, conoce toda la información, tanto exterior como interior de los personajes, y como tal, nos cuenta, cómo sienten, lo que piensan o desean. Este narrador en tercera persona aparece en el relato de los atentados contra Lepprince en el liceo, contra Claudedeu o contra Parells; también el las secuencias sobre las andanzas de Nemesio Cabra y por último en la fiesta de los Savolta (parte 1ª, cap. II-III) y la de Lepprince (parte 2ª, I-V). Javier Miranda no está presente, no es testigo, lo que ha llevado a plantear la existencia de un narrador omnisciente que interviene en 3ª persona. Sin embargo como la novela surge de los recuerdos de J. Miranda diez años después, bien podría ser que este personaje-narrador se escondiera tras esa 3ª persona que todo lo sabe. El protagonista tiene un relación fluida con el resto de los personajes y éstos le han transmitido la información necesaria. Como sucede con la historia de Nemesio Cabra, que Javier no tiene ninguna participación o presencia, pero si ha tenido la posibilidad de informarse a través del comisario Vázquez, que al final de la novela, le comunica todos los entresijos de la trama.
Por otra parte, los materiales de tipo documental, a los que hemos aludido, introducen otros puntos de vista: el de Pajarito Soto, el del comisario. Así muchos hechos aparecen iluminados desde diversos enfoques. Por todo ello, puede hablarse de perspectivismo narrativo.

El tiempo: El relato transcurre entre 1917 y 1919, aunque hay una serie de sucesos que se sitúan fuera de este ámbito temporal: Primero, las declaraciones que Javier Miranda hace ante el juez en Nueva York, fechadas en 1927. Segundo, el affidávit prestado ante el cónsul de los EE. UU. en Barcelona por el ex comisario Alejandro Vázquez, el 21 de noviembre de 1926 y tercero la referencia a la muerte de la Doloretas, ocurrida en el verano de 1920.
En el aspecto temporal hay dos rasgos significativos: las fechas concretas de los acontecimientos históricos y las fechas exactas de los documentos y cartas aportadas como pruebas al juicio y por otro lado, el desorden cronológico y las imprecisiones temporales son recursos narrativos conscientemente utilizados por E. Mendoza para dar mayor verosimilitud al relato de los hechos evocados por J. Miranda: “Del juicio y mis recuerdos han brotado estos hechos” (pag. 541). Como muestra de este desorden cronológico tenemos, primero, el encuentro de Nemesio Cabra con Pajarito Soto en diciembre de 1917 y segundo, las entrevistas de Nemesio con el comisario Vázquez, y lo relativo a los anarquistas en 1918 y todo esto sucede en la segunda parte de la novela en 1919, se trata, pues, de dos saltos al pasado. Estos desajustes y saltos temporales sostienen una narración que brota de los recuerdos del protagonista, pero que se apoya en un tiempo reconocible, a través de referencias cronológicas precisas y dispersas a lo largo del relato.

El espacio: “La verdad (…)” es una novela urbana. Se sitúa en una Barcelona reconocible para el lector, con múltiples espacios contrapuestos. Estos espacios son presentados desde el punto de vista de Javier Miranda, cuyo deseo de ascenso social le empujará a participar en diversos ambientes.
El espacio actúa desde el comienzo como elemento detonante para que el personaje se instale y evolucione, convirtiéndose la ciudad en pieza fundamental. El recorrido por la gran urbe se hace a través de los continuos desplazamientos que J. Miranda realiza. Éste, como “extranjero” venido de Valladolid, percibe la ciudad como un espacio hostil, en el que le resulta difícil encontrar un lugar, ya que, “ los catalanes tienen espíritu de clan, Barcelona es una ciudad cerrada”(pag. 206), dice.
Los espacios sociales reflejan una polarización social, por un lado la aparición de una nueva burguesía, fruto de la bonanza económica y por otro, ese gran contingente proletario ansioso de mejoras sociales y de un medio de subsistencia digno.
A grandes rasgos, podríamos distinguir las siguientes zonas: El centro de la ciudad: la Plaza de Cataluña y las Ramblas, zona común a todas las clases sociales, donde se sitúan los acontecimientos históricos relevantes. La zona de la burguesía, que según su “status” económico, estaría dividida en dos partes. El Ensanche para la pequeña burguesía y la parte alta de la ciudad donde se ubica la mansión de Savolta, en Sarriá y el nuevo domicilio de Lepprince en la ladera del Tibidabo.
La zona de los obreros, que corresponde a las barriadas politizadas en la época: el Raval, el Barrio Chino, la zona industrial de Hospitalet y Sant Martí de Provençals, con pisos diminutos, mal ventilados y mucha aglomeración. Barcelona, pues, es una ciudad de contrastes reflejados en la alternancia de las secuencias que describen una opulenta y lujosa fiesta o el ambiente sórdido de los barrios obreros. Estos espacios burgués y proletario son infranqueables sólo en una dirección, el obrero no tiene acceso a introducirse en el ámbito de las clases elevadas, pero el burgués si puede frecuentar los barrios bajos y participar de las nuevas formas de diversión en los cabarets del Paralelo.
Hay otros espacios en la novela que no se sitúan en Barcelona, así, Javier en el capítulo V (1ª parte) decide alejarse de Barcelona y marcharse a su ciudad natal: Valladolid, pero el contraste entre el provincianismo de Valladolid y el cosmopolitismo de Barcelona se hace patente, lo que provoca en Javier una sensación de asfixia e incomprensión y decide regresar a Barcelona. También el viaje de luna de miel que Javier Miranda y Mª Coral realizan a balneario de Gerona, que supone un paréntesis en sus vidas y tras el cual la situación social de la ciudad cambia profundamente. Y el recorrido que hace Javier Miranda por la zona industrial de Hospitalet, o la descripción del Sanatorio de San Baudilio (Sant Boí), muestran la periferia con signos negativos. “trabajaban en el cinturón fabril (…), en las antesalas de la prosperidad que los atrajo” (pag. 184).
La ciudad se identifica con la conciencia colectiva, como un espacio identificable y, al mismo tiempo misterioso, y con fuerte poder de atracción para alguno de los personajes como Lepprince: “Creo que Barcelona es una ciudad encantada. Tiene algo, ¿cómo te diría?, algo magnético (…), no hay forma de abandonarla”.(pag.374)
Por el contrario J. Miranda, junto a su mujer, no siente el poder de seducción de la ciudad y se alejan de ella al final del relato, camino de Nueva York, la tierra de las oportunidades con la que era comparada Barcelona al comienzo de la novela.

Los personajes: “La verdad” (…) presenta ante el lector una sorprendente galería de personajes, en la cual mediante el contrapunto están reflejadas las diversas clases sociales: el proletariado, la burguesía y el lumpen-proletariado. No obstante el personaje principal será la ciudad de Barcelona., donde estas clases sociales interactúan.
Dentro de esos personajes tenemos al protagonista Javier Miranda, que es un joven vallisoletano que se traslada a Barcelona con el fin de promocionarse socialmente a través del trabajo. Cuando se instala en la ciudad vive a caballo de dos mundos diferentes. Por un lado se relaciona con las personas de su mismo nivel económico: Serramadriles, la Doloretas, ambos compañeros del despacho y con Domingo Pajarito Soto, con quien entabla una verdadera amistad, discuten sobre el estado de los obreros y le introduce en los principios básicos del anarquismo. El trato que establece con estos personajes es de igual a igual.
Sin embargo, el deseo de ascenso social le lleva a fijarse en Lepprince:” Yo buscaba el éxito a cualquier precio, no tanto por quedar bien ante Cortabanyes como por complacer a Lepprince, cuyo interés en mí me abría las puertas a expectativas imprevistas” (pag. 177). A partir de aquí se establece una relación absolutamente desigual entre Lepprince y Miranda. Lepprince le utiliza para sus fines.
Javier Miranda tiene una serie de rasgos deudores de la figura del pícaro. Miranda, como el Lazarillo, logra mejorar su situación y ejercer de secretario de Lepprince. También se casa, gracias a los planes de su protector y comparte su mujer con éste, aunque la ingenuidad de J. Miranda le lleva hasta el límite de ignorarlo, cuando toda Barcelona lo sabe, como le aclara Serramadriles, que su mujer es amante de Lepprince. Javier Miranda es un individuo que se sitúa ante la vida como un mero espectador a merced de los vaivenes de los acontecimientos (es muy significativo el apellido Miranda). No encuentra su lugar en ningún medio en el que se desenvuelve. Intenta tener un asidero intelectual y para ello mantiene largas conversaciones con Pajarito Soto sobre el anarquismo y la lucha social, aunque, a veces, trate más de complacer al amigo, que le interese realmente el tema. Todo el ambiente que rodea a la clase obrera o la pequeña burguesía queda descrito por Javier con tintes oscuros. Javier no se identifica con los de su clase. Lógicamente, en el mundo de Lepprince tampoco tiene cabida; es por tanto, un desclasado que se encuentra inmerso en un torbellino de emociones confusas.
Otro desclasado y casi protagonista de la novela es el escurridizo y pérfido Lepprince, que viene a ser la contrafigura de Javier. Como Miranda llega a Barcelona con el claro objetivo de introducirse en los círculos aristocráticos y financieros. Sabemos de él sólo lo que dice el personaje, siempre envuelto en el misterio: parece ser de origen francés de madre española y se introduce en la clase burguesa deslumbrando a los demás con sus maneras distinguidas y ostentosa prodigalidad, como el verdadero barón de Köning.
Lepprince se define, ante todo por su ambición y por su falta de escrúpulos. Sabe analizar con lucidez la sociedad que le rodea, en la que se ha propuesto triunfar y nada le detiene, recurre fríamente al crimen. Logra controlar la empresa Savolta e intenta hacerse un lugar en la política, utilizando cualquier medio para conseguir sus fines. Pero en algún momento vemos su soledad, lo vemos necesitado de amistad y se confía en Javier, a la vez que lo utiliza sin reparos. Hay algo en él de misterioso, en suma un personaje complejo.
Dentro de los personajes burgueses, entre los que tiene que moverse Lepprince, tenemos a Nicolás Claudedeu (llave o clavo de Dios), alias “el Hombre de la Mano de Hierro”, es el siniestro jefe de personal y su sobrenombre se debe a la doble razón de la dureza de trato y la pérdida de su mano en un atentado terrorista en el Liceo. Es la imagen del burgués duro y conservador.
Luego tenemos a Cortabanyes, que es el abogado de la empresa Savolta ,dice: “Era muy gordo, calvo como un peñasco(…). Era holgazán, moroso y chapucero”pag.121. Es quien percibe los hilos de la trama, el conocedor de todos los trapos sucios, capaz de aconsejar a Miranda y a Lepprince sobre la manera de actuar en las situaciones más dispares, comprometidas o cotidianas.
Pere Parells es el gran socio de Savolta, su asesor finaciero y fiscal. Es el antagonista de Lepprince, el único que se enfrenta abiertamente a él y el único personaje de la burguesía con tintes positivos.
Mª Rosa Savolta es la hija del industrial, delicada y frágil, producto de la educación burguesa que ha recibido y ve cumplida su máxima aspiración en el matrimonio, obnubilada por Lepprince.
Dentro del mundo del proletariado tenemos a los obreros anarco-sindicalistas, a los inmigrantes y a los personajes de baja extracción social, que en la novela pertenecen al mundo de la farándula. Destacan en este friso de personajes Domingo Pajarito Soto, Nemesio Cabra o Mª Coral.
Domingo Pajarito Soto es el obrero anarquista que defiende a ultranza la posibilidad de mejora del mundo en el que triunfen la libertad y la justicia. Desde el periódico “La voz de la Justicia” denuncia las condiciones laborales adversas de los obreros. Sin embargo su radicalidad idealista le lleva a caer en la trampa tendida por Lepprince, de tal modo que sin advertirlo, expone ante el patrón a todos sus compañeros anarquistas y sindicalistas. No es, pues, el ave capaz de altos vuelos capaz de otear y criticar los vicios y los abusos de la época, sino un inocente “pajarito” de un vuelo de baja altura, de un soto.
En el polo opuesto a Pajarito de Soto se encuentra el “oscuro y pintoresco confidente de las policía, un verdadero desecho social, llamado Nemesio Cabra Gómez”(pag.528), al que no se le conoce ningún oficio. Cabra es una mezcla de pícaro y de místico ridículo. Sirve a distintos amos (los anarquistas, el comisario Vázquez, Pere Parells), a pesar de ello sufre el hambre y la miseria y ejerce la mendicidad. Es un pobre hombre que con el propósito de hacer el bien desvelando las verdades que sólo el conoce, se vuelve loco –como una cabra- y representa a un ser visionario que despierta en el lector la risa y la ternura.
Otro de los personajes con más peso del estrato social bajo es María Coral, la gitana acróbata que actúa en los cabarets. Se nos presenta como una mujer misteriosa, pero fría y calculadora que acepta a Javier en matrimonio como forma de conseguir un “status” social y mantener la relación con Lepprince. Además confluyen en ella rasgos de la mujer huidiza y misteriosa del Romanticismo, con su belleza salvaje y su forma de vida alejada de la conducta común. Conoce el poder de su belleza y la impresión que causa en los hombres y juega con ellos; pero no deja de ser una niña pobre y asustada que se defiende a su manera. Personaje femenino complejo y fascinante de la novela.
Con todos estos personajes tiene que bregar el comisario Vázquez, que es la figura del investigador que marginado de la clase social (la burguesía) a la que investiga, se enfrenta a ella criticándola y haciendo uso de un duro y descarnado lenguaje. Con su tesón, el comisario desvela el clima de pesadilla de la Barcelona de 1917-19 , y al final descubre la solución de la intriga, relacionando el delito y la violencia cometidos con los problemas del momento.

El estilo: Los diversos materiales que integran la obra y los variados géneros remedados son la fuente de la variedad de estilos. Así junto al estilo peculiar del género policiaco o el folletín,encontramos imitaciones del lenguaje judicial o administrativo. Es característica la torpeza expresiva en las cartas del sargento Totorno y la carta de Nemesio Cabra es una parodia de cierta literatura devota. También podemos destacar el “pastiche” de cierta retórica del discurso político o panfletista de la época, como el engolamiento de los artículos de Pajarito Soto, o la expresión culta y arcaizante del “mestre” Roca.
El diálogo abunda en la novela. Hay secuencias constituidas casi exclusivamente por conversaciones, así hay fiestas mundanas con conversación intrascendente, junto con diálogos muy “literaturizados”. En estos diálogos hay reflejos del habla soez de los bajos fondos, conversación natural, refinamiento y cursilería.
No tenemos que olvidarla presencia de catalanismos en el habla de la Doloretas: “Tenemos que hacer un pensamiento- dijo(…), luego vienen las calipandrias y… (pag.264).
El humor se refleja en algunas descripciones de los personajes, a los cuales se les animaliza, como a Pajarito Soto: “… ojos abultados y boca rasgada y carnosa, nariz chata y cuello breve: una rana” (pag. 178). Especial importancia tiene la simbología nominal, recurso humorístico indiscutible, así: Pajarito Soto, inocente ave de vuelo raso, Nemesio Cabra, ser alucinado, miserable y pícaro, que no está del todo en sus cabales- como una cabra- y que por tratarse de un medio loco tiene el privilegio de decir la verdad; Claudedeu (llave o clavo de dios) y con su sobrenombre de “Mano de Hierro”, que refleja su personalidad y su realidad física; Cortabanyes( banyes en catalán cuernos) el abogado trapacero de la empresa; el mismo Lepprince, si seguimos la fonética francesa: Le prince” el príncipe heredero del imperio Savolta, que consigue la mano de Mª Rosa Savolta; el único nombre que no parodia es de Pere Parells.
En cuanto a la significación de la novela podemos considerarla en un triple plano: existencial, social y artístico.
Sobre la significación existencial podemos decir que Javier Miranda siente malestar existencial, frustración y fracaso. Es un hombre triturado por la vida, porque no ha sabido ser ni héroe, ni un pícaro y ni un canalla, su corolario es el desencanto.. Con esta frase certera lo resume Cortabanyes: vida es un tiovivo que da vueltas hasta marear y luego te apea en el mismo sitio que has subido” .
En el plano social, hemos visto un panorama completo de las diversas fuerzas políticas que actúan en un momento histórico y la mirada del autor se muestra, unas veces cordial, otras satírica y es siempre compleja. Conviven en la novela los fervores revolucionarios, las nostalgias y, por supuesto, el desencanto.
En el terreno artístico tenemos la fecundidad imaginativa del autor, el virtuosismo técnico y la riqueza de matices estilísticos.
En resumen “La verdad sobre el caso Savolta” es una novela inteligente, llena de sensibilidad y de hondura humana, con una construcción habilísima y su lectura resulta apasionante y placentera.

BBIBLIOGRAFÍA:
. Mendoza Eduardo. “La verdad sobre el caso Savolta”. Edit Crítica.- Clásicos y Modernos.(Edición de Nuria Plaza). Barcelona 2005.

. Alonso Santos. Guía de lectura de “La verdad sobre el caso Savolta”.-Edit Alhambra. Madrid, 1988.

. Giménez Micó, Mª José. “Eduardo Mendoza y las novelas españolas de la transición. Pliegos. Madrid. 2000.

. Vázquez Montalbán. Prólogo a “La verdad sobre el caso Savolta. Espasa-Calpe. Madrid 1992

Anastasio Serrano

jueves, 12 de abril de 2007

APROXIMACIÓN A " TIEMPO DE SILENCIO" DE Luis Martín-Santos

Tiempo de silencio fue publicada en 1961 por la editorial Seix Barral en la colección Biblioteca Formentor y fue presentada por el editor como la réplica al realismo monocorde de la novela de la época en que apareció.
La novela anteriormente se presentó al premio Baroja y no le fue concedido, siendo tan barojiana. El Madrid que describe Tiempo de silencio es muy barojiano. Un Madrid con restricciones de luz, con cartillas de racionamiento con hambre y con frío, y la periferia empezaba en la estación de Atocha por el sur y en Cuatro Caminos por el norte; a partir de ahí no había más que desmontes, cuevas y chabolismo.
El autor había nacido en Larache (Marruecos) en 1924 y era médico psiquiatra de profesión e irrumpe en el mundo de la novela con 38 años, se trata, pues, de un novelista de vocación relativamente tardía, si lo comparamos con otros compañeros de generación que publican sus primeras obras entre los 22 y los 28 años(Juan Goytisolo y Jesús Fernández Santos). Desgraciadamente este novelista prometedor se malogró al morir de accidente de automóvil en enero de 1964, sin haber cumplido los 40 años.

La trama de la novela se centra en torno a Pedro, joven médico que al terminar la carrera decide dedicarse por entero a la investigación científica y está entregado a un proyecto de investigación con cepas cancerígenas de ratones traídos de Ilinois.
Vive en una modesta pensión, regentada por la viuda de un militar, de cuya nieta, Dorita, Pedro termina enamorándose tímidamente.
Durante la investigación llega el momento que se agotan los créditos y se acaban también los ratones. Pero Amador, su ayudante en el laboratorio, le hace saber que el “Muecas”, un lumpen que suele proveer de perros a los investigadores doctorandos, ha logrado reproducir los ratones con una pareja robada del propio laboratorio.
El fruto de esta relación con el “Muecas” para poder continuar con los experimentos, da lugar a que una noche se presente en la pensión un tipo estrafalario, el “Muecas”, reclamando la asistencia médica de Pedro para una de sus hijas, Florita, víctima de una hemorragia vaginal. La muchacha muere a consecuencia de un aborto provocado por el padre y que lleva a Pedro injustamente a la cárcel. Todas las circunstancias que rodean el hecho obran en contra del joven investigador: no tiene licencia para ejercer la medicina, ni está colegiado y ha acudido a última hora sólo movido por sentimientos humanitarios.
Finalmente, gracias al testimonio espontáneo de la madre de la muchacha, Ricarda, Pedro queda libre, pero pierde la beca en el laboratorio como consecuencia del escándalo en que se ha visto envuelto . Al ser despedido por el director del laboratorio decide establecerse en un pueblo de una provincia castellana para ejercer su profesión con dignidad. El nuevo rumbo de su vida parece conducirle al matrimonio con Dorita, la joven y bella nieta de la dueña de la pensión. Pero una noche, en la que están los dos en una verbena, la muchacha es asesinada a navajazos por Cartucho, un hampón-lumpen, que había dejado embarazada a Florita, la hija del “Muecas”, y que tomaba venganza por la muerte de la joven como consecuencia del aborto, que según él, le había practicado el joven médico.
Pedro se queda de nuevo solo, desorientado y perdido, sin poder entender cómo la vida juega absurdamente con los hombres y los maneja a su antojo.

Pedro,el protagonista, no es un rebelde; acepta indiferente los hechos injustos en que se ve envuelto y quizá en esa aceptación hay un desafío, un enfrentamiento valeroso y apasionado en el que subyace el estoicismo ancestral tan arraigado en el alma española .
Martín-Santos se acerca a la realidad socio-cultural española a través de la dialéctica, de ahí que él llama a su realismo dialéctico y así este análisis dialéctico penetra en todos los estratos de la sociedad, del más bajo al más alto. Así encontramos los prostíbulos y las zonas más sórdidas de la vida urbana, El “Muecas y su familia, Cartucho, personajes de las humildes chabolas ,”los soberbios alcázares de la miseria”,( pag. 50), pasando por la clase media venida a menos (representada por la dueña de la pensión, donde vive Pedro), la clase media profesional (Pedro y el policía, Similiano)) y la clase burguesa representada por el círculo social de Matías y su madre, de vida frívola, artificiosa y vacía.

En la novela hay digresiones sobre Cervantes y su gran creación inmortal a la cual dedica más de dos páginas. Dice de Cervantes:”¿Qué es lo que ha querido decirnos el hombre que más sabía del hombre de su tiempo?”(pag. 75).
En otra digresión nos describe un cuadro de Goya y nos anticipa el episodio de Ortega y Gasset, de quien se burla y también ridiculiza el ambiente falso de las conferencias académicas. Esto dice de Ortega:”Inclinemos nuestras cabezas ante el gran matón de la metafísica y dejemos chorrear lustrales sobre nuestras frentes sus palabras de hidromiel” (pag. 157). Pero la estampa con que caricaturiza a Ortega está cargada de pasión. En general a lo largo de la novela hay una mirada profunda de la vida cultural española; a Pedro le gusta evocar “fantasmas de hombres que derramaron sus propios cánceres sobre papeles blancos”.

En la obra de Martín-Santos vemos la influencia de Faulkner y Joyce, él mismo dice por boca de Pedro:”Hay que leer el Ulisses” (pag. 81). Martín-Santos, como se ha dicho, abandona el realismo objetivista de la etapa anterior y vuelve al monólogo interior, que imprime un nuevo matiz subjetivista al género, y este subjetivismo pone el foco en el hombre como individuo, no como el héroe tradicional idealizado, sino como antihéroe, y en nuestro caso como víctima.
En este sentido podemos destacar diez secuencias narrativas dedicadas al monólogo interior, cuatro de Pedro, tres de la patrona de la pensión, dos de Cartucho y una secuencia mixta, que recoge monólogos de cuatro personajes. La función principal de estos monólogos es la de caracterizar a los personajes, penetrar en sus problemas, en sus contradicciones y frustraciones; gracias a ellos conocemos la bajeza moral de la dueña de la pensión, la brutalidad de Cartucho y la desilusión del protagonista.
A pesar de su realismo dialéctico la narración tiene lugar en Madrid y en la época del medio siglo (1949) y hay referencias concretas a lugares identificables. De hecho Pedro deambula por la calles de Madrid, por Atocha, por Antón Martín, por la calle Huertas y por la plaza de la Cibeles:” de la plaza con una fuente tirada por leones” (pag. 77).
Otro aspecto de tener en cuenta es la superación de la dialéctica maniquea, con sus personajes buenos y malos, que resultaba falsa e irreal. Martín-Santos presenta a los hombres como seres humanos con sus vicios y virtudes en el nivel social en que se encuentran. En más de una página destaca la picardía de los pobres, sus vicios y sus defectos y también los vicios de los ricos burgueses.

Un aspecto de especial relevancia en la novela es el lenguaje, Martín-Santos hace un uso peculiar de la lengua y crea expresiones propias medio de guiones, bien formando nuevos derivados de otras palabras o castellanizando voces extranjeras. Así: “como-humo-de-alcohol-relente-de-borraco” (pag. 129); “Júpiter-tonante”, “Moisés-destrozante-de-becerros-de-oro” (pag. 208). Usa verbos como “celestinear”, adjetivos como “aceroinoxidada” mesa, casco “palasatenaico” y adverbios como “balenciagamnete” vestida. Emplea palabras en inglés, francés, italiano, así como frases en latín. Aparecen vocablos ingleses castellanizados con su ortografía fonética:”uanestep”, “niu-dial” y crea el adjetivo “mideluéstica. Con frecuencia usa comillas y letra cursiva para destacar algo dentro del contexto.El alarde verbal es constante.
Quizá la única objeción que le pondríamos al uso del lenguaje es el abuso de tecnicismos médicos y también la tentación de reproducir el habla “caliente” o caló de los barrios bajos (los monólogos de Cartucho), que arrastra al autor a cierto pintoresquismo local. Entresaquemos algunas de la frases del primer monólogo de Cartucho, que empieza: “¿_Que se habrá creído? (…) Esta ja está chocha por mi menda” (pag. 54) (…) “Llévale priva al Cartucho” (..) si no quiere priva pañí de muelle”.“Que me hinca los acáis” (pag.55). Palabras estas ,que para quien no esté familiarizado con el caló, le resultan de difícil comprensión.
La novela aparece dividida en sesenta y tres secuencias narrativas, separadas por un espacio en blanco, que corresponden a los cambios de foco o de escenario en la narración en la que predomina la tercera persona. El autor omnisciente logra meterse dentro de los personajes cada vez que le place. Los personajes nos expresan lo que piensan, lo que sienten o lo que recuerdan. El autor se burla o se compadece de ellos y de paso nos da sus propias ideas y opiniones.

Tres personajes toman la palabra y nos dan su propia visón de sí mismos y de la vida. Pedro, la dueña de la pensión y Cartucho. Alrededor de éstos se centra la estructura de la obra. El mundo científico de Pedro, su formación universitaria, su pasión investigadora, parece no tener nada en común con el mundo del hampón miserable habitante de las chabolas, ni tampoco nada que ver con el mundo mediocre de la vieja celestina, dueña de la pensión. Sin embargo estos dos personajes van a cruzarse con Pedro y van a determinar el rumbo de su destino.
Los personajes mejor construidos, porque en ellos hay una evolución psicológica son Pedro y la mujer del “Muecas”. Pedro desde el principio se halla entregado a sus investigaciones en el laboratorio, su perfil psicológico se van integrando a lo largo de la novela a través de sus intereses, de su conducta. La mujer del “Muecas, Ricarda, en cambio, humilde e ignorante, marcada por el dolor y la miseria desde su origen, es la que va salvar a Pedro de la cárcel. “Cuando él fue ya estaba muerta” (pag.249).
El policía al comunicarle a Pedro que quedaba en libertad le aclaró que sólo a la mujer del “Muecas” podía agradecérselo y le dice a Pedro: “Ustedes los inteligentes son siempre los más torpes (…) Se defiende mucho mejor un ratero cualquiera” (pag. 250).
Toda la trama novelesca está asentada en una sólida arquitectura ideológica: la ironía., el sarcasmo, el esperpento y toda una gama de emociones transmitidas, no sólo por el significado de las palabras, sino, también por la sintaxis y por el diálogo.
También en la elección de la materia de investigación por Pedro hay todo un simbolismo expresivo y un reflejo de la trama dentro del contexto socio-cultural de nuestro tiempo. El cáncer sigue siendo la enfermedad más temible en el mundo de hoy y el reto de la medicina moderna.
Obra pesimista, sombría, cargada de reflexiones profundas, llena de amarga verdad, que enfrenta al hombre con sus limitaciones, quizá para aguijarle en la búsqueda de un mundo mejor.


BIBLIOGRAFIA:

Corrales Egea, José.La novela española actual. Edit. Cuadernos para el diálogo. Madrid, 1971.
Rey ,Alfonso.Construcción sentido de “Tiempo de silencio”. Ediciones Porrúa. Madrid 1977

Tamayo Pozueta, Fermín J.El estilo de la obra de Martín-Santos. Edit. Universidad Complutense. Madrid 1984.

Martín-Santos Luis. Tiempo de silencio.Edición definitiva. Edit Seix Barral. Biblioteca Breve. Vigesimonovena edición. Barcelona, 1988. Ejemplar de lectura y las páginas de las citas corresponden a esta edición.

miércoles, 21 de marzo de 2007

VOLVER A LEER "NADA" de Carmen Laforet

Carmen Laforet nació en 1921 en Barcelona en casa de su abuela paterna, Carmen.Fue la primera hija de Eduardo Laforet y Teodora Díaz Medina. En 1923 su familia se trasladó a Las Palmas de Gran Canaria. A los trece años muere su madre. C. Laforet permanece en Las Palmas hasta los 18 años, que decide volver a Barcelona, recién terminada la guerra, para estudiar Filosofía y Letras. En Barcelona se hospeda en casa de su abuela Carmen. Pronto se le despierta la vocación literaria y en 1940 publica unos cuentos en el semanario de Santander “Mujeres”. En 1942 se traslada a Madrid y se matricula en la facultad de Derecho y sigue con su dedicación a la literatura.

En enero de 1944 comienza la redacción de “ Nada”, que termina en septiembre. Su amiga Linka (polaca), a quien dedicará Nada, le presenta al editor y periodista Manuel Cerezales, quien la animó a presentar la obra al premio Eugenio Nadal de novela, que se fallaría la noche del 6 de enero de 1945, que gana y en mayo del mismo año saldrá publicada. La obra es muy bien acogida por la crítica y será el primer gran éxito de librería de la época. En 1948 se le concederá otro premio, el Fastenrath de la Real Academia Española.

En 1946 se casa con Manuel Cerezales y consagra su vida a la familia (1946-50). En 1945 inicia una colaboración regular en la revista “Destino” y emprende la escritura de una nueva novela, “La isla y los demonios”, que saldrá en 1952; le sigue “La mujer nueva” en 1955 y en 1956 antologó su obra : “Mis mejores páginas”, publicadas por Gredos. En 1963 publica la novela “La insolación”. En 1965 hace un viaje por EE. UU., del cual surgió un libro de viajes, “Paralelo 35” y en 1970 publicó la recopilación de cuentos “La niña y otros relatos”.
Posteriormente huyendo de la fama literaria de “Nada” se establece en el barrio romano del Trastevere (1975-1979) y a su regreso a España se instala en Santander y no participa en la vida cultural del país.
El silencio continuado de C. Laforet, primero de 1945-52 y luego desde 1963, en lo que a novela se refiere, delata la tibia acogida por la crítica a su obra posterior a “Nada”. La autora se ve sobrepasada por el éxito de su primera novela y decide acotar el territorio de su vida privada con el silencio. De hecho Juan Ramón Masoliver había dicho en 1946: “Lo que en “Nada” se ventila es tan inmediato y tan real que bien pudiera constituir la obra única, la gran obra de su autora”. Sus cuatro novelas tienen una relación evidente con su propia biografía, “Nada” está marcada por el paso a una vida nueva y la salvación en ella; y su segunda novela, “La isla y los demonios”, sitúa su acción en Gran Canaria entre noviembre de 1938 y junio de 1939. Esto nos dice que C. Laforet aprovecha sus recuerdos juveniles de Canarias como material narrativo. “La mujer nueva” narra el nacimiento a una nueva vida, la de la fe católica, periodo de su conversión al catolicismo y por último en “La insolación” recoge sus experiencias de adolescente y el paso a la madurez; si bien en este caso el protagonista es un chico, Martín Soto.

Aunque esto es así, ninguno de estos personajes es un trasunto fiel de C. Laforet, pero sí reflejan rasgos de su personalidad y de su vida. Cuando en 1956 hace una selección de su obra en “ Mis mejores páginas”, obra publicada por Gredos en la colección Antología Hispánica, dice en La introducción por la autora: “ Este mundo que soy yo misma, por la transformación amorosa de que habla Rilke, pero que- ¡por Dios!- no es mi autobiografía, como han querido ver algunos críticos” (pag. 9).

“Nada cuenta la historia de las personas que rodean a Andrea, entre octubre de 1939 y septiembre de 1940, durante su único curso académico en Barcelona. Esas personas se agrupan en torno a dos núcleos espaciales, la casa familiar en la calle Aribau, cerrado, lúgubre y decrépito, y el de la Universidad y sus amigos, abierto, liberador y juvenil.

Los familiares de Andrea están sumidos en una ruina económica, aquel piso actúa a modo de prisión. Los amigos y compañeros universitarios son mucho más expansivos y sus vidas se desarrollan en la vía Layetana, donde vive Ena y su familia, en la playa, en la montaña ,en la calle Montcada, donde tiene el estudio Guíxols o en la mansión burguesa de Pons.

El piso de Aribau representa el pasado, es un jirón del tiempo de la guerra reciente y Andrea as sus dieciocho años es un testigo mudo de lo que allí sucede. La Universidad y sobre todo, su amiga Ena, representan el futuro, un cambio de vida, que Andrea creía que iba a realizar con este viaje a Barcelona y este cambio no se producirá hasta el año siguiente, cuando su amiga Ena la invite a reunirse con ella en Madrid.

Hay, pues, dos mundos en la novela, uno coactivo y pernicioso y otro vivificante y libre. El primero poblado por seres oscuros, de negro y el segundo por cabelleras rubias como la de Ena.

“Nada” está estructurada en tres partes, las dos primeras tienen nueve capítulos y la tercera siete. Aunque el tiempo en la novela no es muy preciso podemos decir que la primera parte va de octubre a febrero; la segunda de marzo a junio y la tercera de julio a septiembre.

La primera parte se abre con la llegada de Andrea a Barcelona y su hospedaje en el siniestro piso de la calle Aribau y se cierra con la marcha de la tía Angustias a un convento. Con la salida de escena de Angustias, Andrea tiene una nueva sensación de libertad. Comienza la segunda parte y Andrea, después de haber tomado algunos licores en casa de Ena, sale a pasear sola por las calles del barrio gótico de la ciudad . Si en la primera parte la acción se centraba en el piso-prisión de la calle Aribau y en la extraña conducta de sus habitantes, ahora el eje narrativo se traslada al exterior de la vivienda: la Universidad, la calle, Ena, su novio, amigos y los jóvenes bohemios como Guíxols, Pons e Iturdiaga. Pero aunque esto es así las relaciones de su amiga Ena con su tío Román son el recurso novelesco de C. Laforet para relacionar la vida de Andrea dentro y fuera de la casa; de esta forma Andrea se da cuenta de que la vida de la casa de Aribau es solamente una exageración de la decadencia y degeneración que la rodean. Con esta perspectiva Andrea puede hacer frente a sus parientes y amigos. El final de esta segunda parte lo marca el primer baile fracasado de Andrea en la mansión burguesa de Pons.

La tercera parte se inicia con la conversación entre la madre de Ena y Andrea, y concluye con la marcha a Madrid. En esta última parte los universos antagónicos de Aribau y el exterior se mezclan, en el presente y en el pasado, a través de la relación de Román y Ena y, años atrás, con la madre de Ena. Andrea conocerá en esta parte, que el interés de Ena por Román tenía su fundamento en el deseo de descubrir el motivo de la fascinación de su madre por Román y, en cierto modo, por la búsqueda de venganza. Este hecho es también el desenlace de una subtrama pasional protagonizada por Román y Gloria, su cuñada, objeto de escarnio y deseo, pero también autora de dos denuncias, una como traidor a la causa republicana y otra como estraperlista, que destruyen a Román. Que muera degollado con la navaja de afeitar y no por un disparo de si pistola es significativo , como personaje negativo que es.

La desaparición del único ser de Aribau, que Andrea había considerado “maravilloso y único”, y con el que había simpatizado, vacía de contenido su permanencia en Barcelona y, por tanto, la prolongación del relato. Una carta de Ena invitándola a reunirse con ella en Madrid, cambia el rumbo de su vida y cierra una etapa de desilusión y de maduración.

Esta división de la novela en tres partes obedece a los tres estadios que atraviesa Andrea en la lucha para alcanzar la independencia, a saber: a) victoria sobre el primer obstáculo (Angustias), b) la superación de las nuevas pruebas (el hambre, la inhibición ante los malos tratos a Gloria, la falta de amistad de Ena) y c) el desencanto y la ruina de las ilusiones.

El espacio en “Nada” está dividido en dos : el espacio interior, sombrío y torvo de Aribau y el espacio exterior de las calles barcelonesas, con los espacios cerrados de la Universidad, de la casa de Ena y del estudio de la calle Montcada.

La atmósfera de Aribau representa la ruina económica y moral de una familia pequeño-burguesa de la inmediata postguerra y la escasa esperanza de futuro para sus miembros, ni siquiera para el hijo de Juan y Gloria, víctima de la degradación que le rodea, cuya insignificancia se refleja en su falta de nombre. Una mención especial merece el habitáculo de Román en la buhardilla del edificio, desde la cual como un “daimon” torvo observa y dirige el destino del piso primero: “¿Tú no te has dado cuenta de que yo os manejo a todos”(pag. 67), se jacta ante Andrea.

La casa de Aribau evoca la claustrofobia de algunos relatos de E. A. Poe, por ejemplo “La caída de la casa Ushar” o la Trushcross Grange de “Cumbres borrascosas” de Emily Brontë. La descripción de los interiores de Aribau está elaborada siguiendo la pauta de os relatos románticos. Román está perfilado como un malvado héroe romántico. No obstante, aunque la crítica ha señalado estas influencias, C. Laforet ha declarado que por entonces no había leído estas obras, ni visionado la película (“Cumbres borrascosas”) de W. Wyler, estrenada en España en 1942.

Como contrapunto a estas sombras ominosas de Aribau, tenemos los espacios exteriores luminosos y prometedores de la ciudad. La Barcelona que recorre Andrea, salvo la incursión nocturna por el Barrio Chino, es la Barcelona burguesa, la que supo sacar beneficio de la derrota reciente. Andrea excluye de su retina los suburbios y los barrios de chabolas.

En cuanto al estilo la crítica elogió en “Nada” el estilo sobrio y sencillo de su prosa, asociándolo a la juventud de la autora. Sin embargo conviene matizar el aserto anterior, ya que hay numerosas imágenes que muestran una deliberada voluntad de conseguir un efecto estético. Hay unas imágenes de índole impresionista para presentar la ciudad, sus calles, edificios, que deslumbran a Andrea; pero cuando se describe el interior de Aribau se recurre a técnicas expresionistas, de distorsión de la realidad. La estética del feísmo permite a la escritora construir una atmósfera asfixiante que simboliza el empobrecimiento de la familia y su degradación moral y su nula esperanza de futuro.

En contraste con estas imágenes monstruosas, oscuras y feas de Aribau, tenemos las imágenes del agua, frente a la suciedad, pesimismo y muerte; el agua representa la limpieza, la luz, el optimismo y la vida. El agua en la religión católica simboliza la purificación del pecado original y en la novela representa el bautismo hacia la nueva vida que no acaba de llegar. La ducha libera la culpa y la lluvia, junto a las altas rejas de la Universidad, regeneran la amistan entre Andrea y Ena.

Esta es , en resumen, la trayectoria del desarrollo de la personalidad de Andrea. La casa familiar es la decadencia moral, física y económica y Andrea siempre está tratando de escapar de su influencia. Cuando al fin consigue dejar la casa, llamada a Madrid por la familia de Ena, se siente liberada por completo de aquel ambiente, así dice en el último párrafo de la novela: “Antes de entrar en el auto alcé los ojos hacia la casa donde había vivido un año. Los primeros rayos del sol chocaban contra sus ventanas. Unos momentos después, la calle de Aribau y Barcelona entera quedaban detrás de mí” (pag. 214).

En cuanto al título “Nada”,, nada le ha sucedido a Andrea físicamente en un año, pero emocionalmente ha cambiado mucho, nada ha cambiado la cara de Andrea, pero sí su modo de pensar y reaccionar.

Miguel Delibes en su artículo “Una interpretación de “Nada” dice: “Nada” es pesimista, pero no desesperanzada y señala como principal mérito de la novela: “la experiencia de incorporar al lector a la creación(…) y continúa: es, quizá el primer chispazo de renovación formal ofrecido por la novela española.

OBRAS

Novelas:

. Nada (1945). Premio Nadal y Premio Fastenrath de la Real Academia

. La isla y los demonios (1952)

. La mujer nueva (1955). Premio Nacional de Literatura

. La insolación (1963)

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. La llamada (1954). Colección de novelas cortas


Cuentos y relatos:

. La muerte (1952)

. La niña y otros relatos (1979)


Libros de viajes:

. Paralelo 35 (1965)


Antología:

. Mis mejores páginas (1956)

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BIBLIOGRAFÍA:

Laforet Carmen. “Nada”. Edición de Domingo Ródenas. Edit . Crítica (Col. Clásicos y Modernos). Barcelona 2001. Ejemplar de lectura y citas.

Laforet Carmen. “Mis mejores páginas”. Edit Gredos. (Col. Antologia Hispánica). Madrid, 1956

Corrales Egea José. “La novela española actual”. Edicusa. Madrid 1971.

Foster David W. “Nada “, de Carmen Laforet, ejemplo de neorromance en la novela contemporánea”, en Revista Hispánica Moderna, XXXII, 1966.