El futuro premio Nobel de Literatura 1988 escribió “La Familia de Pascual Duarte” entre 1940 y enero de 1942 en la oficina del Sindicato Nacional Textil, donde trabajaba como escribiente. También escribió la novela en casa de su novia (Mª del Rosario Conde Picabea con quien se casaría en 1944) y la concluyó en su casa, en la cama, con motivo de una seria enfermedad: “A fines de 1941 (…)caí enfermo. Mi novela estaba no sé si casi terminada o aún por su mitad, o poco más. Lo cierto fue que el día de Reyes de 1942 llamé a mi madre, le pedí los cuadernos donde la iba escribiendo y redacté-para poner punto final- las cartas del cura y del guardia civil”[1].
Una vez terminado el manuscrito viene la búsqueda obligada de editor, que fue laboriosa. Y uno de los primeros lectores y entusiasta del manuscrito fue José Mª de Cossío, a quien regaló y dedicó el manuscrito: “Para José Mª de Cossío, culpable máximo de que esto haya llegado a publicarse, con un abrazo de Camilo José Cela (firma). Fecha en números romanos 1941”[2]. Cossío trata de buscar editor. Pero en el peregrinaje por la editoriales, Cela, cita tres rechazos: la Revista de Occidente, que aduce que hay escasez de papel; Afrodisio Aguado: usted todavía es joven y puede cambiar de oficio; Ediciones Cigüeña de Fermina Bonilla: “-Mire, su libro está muy bien, pero yo no se lo puedo editar(…) de su libro no se vendería más allá de diez o doce ejemplares” (Ob. Cit, 14); pero antes de que prosperaran las recomendaciones de José Mª de Cossío con el editor catalán José Janés, se cruza el joven médico Rafael Aldecoa, hijo del general Aldecoa fundador de la Editorial Aldecoa de Burgos y le dijo:“Yo te la edito”(15)
Así pues, continúa C.J.C.. “Pascual Duarte nació para mí (…), el 28 de diciembre de 1942 (…) en un garaje que hay en la calle Alenza, número 20 (…)y que se llama Continental-Auto” (15), línea de autobuses que hace el servicio de Madrid a Burgos y viceversa, transportando viajeros y equipajes. Ese día C.J.C. recibió 100 ejemplares de la edición corriente y 10 en papel de más calidad.
Ya tenemos en la calle la 1ª edición (tan deseada) de “La familia de Pascual Duarte” impresa en Burgos, en la imprenta Aldecoa, Diego de Siloé, 20, Burgos. La portada lleva una viñeta sobre un dibujo de Domingo Viladomat, donde se ve a Pascual Duarte afanado con sus cuartillas y aparece, también, una horca diminuta. Se tiran 1500 ejemplares. La crítica le fue favorable (Enrique Azcoaga, Juan Sampelayo, Miguel Pérez Ferrero, Ernesto Jiménez Caballero). Pío Baroja también elogia la novela, aunque se había negado a prologarla: -“No, mire, si usted quiere que se lo lleven a la cárcel vaya solo, que para eso es joven. Yo no le prologo el libro”(17).
Antes C.J.C. había leído algún capítulo a sus amigos en el Café de Gijón y pocos días antes de su publicación había aparecido el primer capítulo en “El Español”.
La 2ª edición, también por Aldecoa, salió en noviembre de 1943 y fue la que retiró la censura; pero en 1945 fue autorizada otra vez. Luego vendría la edición de Emecé en Buenos Aires, que sería la 3ª y la cuarta edición vería la luz en 1946 en la editorial Zodiaco con prólogo de Gregorio Marañón. Esta edición de Zodiaco es casi idéntica a la 1ª con alguna corrección hecha por la mujer y colaboradora del novelista, estos son los cambios: 1ª edición: “la senté a la grupa de la yegua del señor Vicente, que para eso me la había prestado” y en la edición de Zodiaco: “la senté a la grupa, que enjaecé con los arreos del señor Vicente, que para eso me los había prestado”(25), porque no era lógico que P. Duarte llevara a su mujer, Lola, en su viaje de novios en la yegua del señor Vicente y que luego la matara Pascual a puñaladas en la cuadra, como consecuencia del aborto de su mujer. También Pedro de Lorenzo (“Y al oeste Portugal”) advierte: 1ª edición: “Al tren lo fui a coger a Trujillo” y en Trujillo no hay tren; edición de Zodiaco: “Al tren lo fui a alcanzar en Don Benito”(26,27).
Después vendría la 1ª edición en la editorial Destino (Colección Áncora y Delfín, nº. 63), que sería la 5ª, en 1951, que se considera definitiva y sale el artículo: “Andanzas europeas y americanas de Pascual Duarte y su familia”, que había publicado C.J.C. en la revista “Bibliofilia” de Valencia en ese mismo año y el prólogo de Gregorio Marañón. No obstante C.J.C. en “Pascual Duarte en limpio”, dice: “Su texto original queda fijado(…) en esta edición y a ella procuraré remitirme siempre que lo necesite”[3], y firma esta introducción el 23 de agosto de 1960 en Palma de Mallorca; aunque luego CJC consideró la versión definitiva el tomo 1º de la O.C. en Destino en 1962.
Después de que la crítica le fuera favorable, el 2 de enero de 1943 le dieron un banquete en el Café nacional de la calle Toledo de Madrid. Asistieron al agasajo José García Nieto, Enrique Azcoaga, Víctor Ruiz Iriarte (a quien dedica la novela editada), Fernando Diaz-Plaja, Pedro Mourlane Michelena y otros.
También tuvo críticas desfavorables en torno a su moralidad, no a su calidad literaria, así la revista “Ecclesia” dice:”Obra literaria notable; no se debe leer, más que por inmoral (…) por repulsivamente realista” (1944)[4]. En 1952, el Secretariado de la Junta Nacional de Acción Católica mantenías aún su calificación de: Dañosa. No se debe leer.
Realizado este recorrido por la andadura inicial de “La familia de Pascual Duarte”, veamos cuál es su argumento:
Pascual Duarte es un campesino extremeño, tiene 55 años y espera en su celda ser ajusticiado e inicia así la escritura de sus memorias: “Yo, señor, no soy malo, aunque no me faltarían motivos para serlo”[5]. Ha nacido en un pueblo de Badajoz, Torremejía, cerca de Almendralejo. Es hijo de una mujer desabrida y violenta y de un padre áspero, brusco y alcohólico, que muere el día que la madre da a luz un nuevo niño.El medio sórdido y miserable en el que se cría parece ir determinando su vida. Los cinco primeros capítulos nos informan de la vida de Pascual y de su difícil infancia. El capítulo sexto es una reflexión del condenado sobre la muerte y la felicidad de vivir. En los capítulos restantes se suceden los crímenes.
Primero viola a su novia y la deja embarazada. Se casa. Apuñala a la yegua porque su mujer ha perdido el niño que llevaba en el vientre de una caída del animal. Tiene un segundo hijo que morirá a los once meses. Vive Pascual con su madre, su mujer y su hermana ,que ejerce la prostitución.
En el capítulo 13 hay una nueva pausa reflexiva. Pascual se confiesa con el capellán de la cárcel. Continúa el relato de su pasado y cuenta cómo se marcha a Madrid y luego a
Estructura:
El artificio formal aleja al autor del texto y al mismo tiempo permite esa intimidad de la 1ª persona que tanto ha contribuido al logrado tono del relato.
Por otra parte la estructura de la novela es el cuadro que Cela enmarcó con 8 documentos complementarios, simétricamente dispuestos, al principio y al final de las memorias.
Veamos los cuatro primeros:
Una “Nota del transcriptor”(narrador ajeno al relato principal)en cursiva, que nos informa de cuándo y dónde encontró el manuscrito y en la que nos presenta a Pascual Duarte como “un modelo de conductas; un modelo no para imitarlo, sino para huirlo”(100).
Una “Carta anunciando el envío del original” dirigida a don Joaquín Barrera López, amigo del conde de Torremejía, víctima del último asesinato de Pascual, fechada el 15 de febrero de 1937 en la cárcel de Badajoz, donde espera la condena a muerte.
Una “Cláusula del testamento ológrafo otorgado por Don Joaquín Barrera López”, cuyo narrador es ajeno al relato, y que hace verosímil el hallazgo del manuscrito en una farmacia de Almendralejo a mediados de 1939.
Luego hay un cuarto documento que es la dedicatoria por parte de Pascual Duarte: “A la memoria del insigne patricio don Jesús González de la Riva, Conde de Torremejía, quien al irlo a rematar el autor de este escrito, le llamó Pascualillo y sonreía” P. D.
Luego ya vendría el cuadro de la novela que son las memorias de Pascual Duarte y su familia, que comprenden diecinueve piezas sin numeración en las primeras ediciones, aún en la 1ª edición de Destino de 1951, aparecen los capítulos sin numerar.
Pascual Duarte trata de revisar su vida desde la soledad de la cárcel, mientras espera que lo ejecuten. La forja de Pascual en el crimen se ve condicionada por el ambiente de degradación, violencia, pobreza y primitivismo que le rodea. Además del ambiente-la tierra pobre e injustamente repartida- la herencia le es del todo desfavorable: el padre estuvo en la cárcel por contrabandista, “era áspero y bronco”. La madre que vestía siempre de luto y se emborrachaba con frecuencia, “era desbrida y violenta”; además el padre maltrataba a la madre.
Pascual Duarte con escasa instrucción escolar, de naturaleza primitiva asiste a continuas lecciones de violencia : la del “Estirao”, chulo de su hermana Rosario, la del señor Rafael, amancebado con su madre tras la muerte de su padre, hacia su hermano Mario.
En esta situación Pascual emprende su carrera de criminal nato. Apuñala a Zacarías, tras una disputa en la taberna de Martinete el Gallo, a su regreso del viaje de novios a Mérida. Mata a navajazos a la yegua que descabalga su mujer provocándole un aborto. Mata a la perra “Chispa”, porque su mirada era el epítome de las otras miradas (la de la madre y la de Lola) y no las soporta. Mata al “Estirao”en venganza del honor ultrajado de su hermana Rosario y de su propia mujer, que esperaba un hijo del “Estirao”. Pascual mata a navajazos a su madre por los continuos reproches y por el odio contenido y sobre todo por la sinrazón: el hijo infame se venga de su propio origen. Y Pascual mata al conde de Torremejía(no se explica el motivo), corolario de su vida criminal y causa inmediata de su condena a muerte.
Los crímenes de Pascual Duarte, desde su memoria, tienen justificación narrativa. El asesinato del “Estirao”- narrado en el capítulo 16-ya está anunciado en el capítulo 3, cuando el “Estirao” cruza la cara a Rosario con una vara de mimbre:”Aquel día se me clavó una espina en un costado que todavía tengo clavada. Por qué no la arranqué en aquel momento es cosa que aún hoy no sé”(126-127).
El asesinato de su madre se va incubando por los malos tratos que la madre le da a Mario (capit,12). También la muerte de Pascualillo, el hijo de Pascual Duarte, justifica el matricidio, porque Pascual cree que se debe a una maldición de la madre y de Lola. La muerte del hijo es un hecho crucial, que obsesiona al protagonista e impide para siempre sus posibilidades de futuro.
Por último el asesinato del conde de Torremejía también tiene su justificación, no tanto social, sino porque don Jesús González de la Riva había sido a lo largo de su vida lo contrario de Pascual y por tanto ajustando las cuentas con su propio destino personal, el campesino Pascual asesina al conde de Torremejía, el cacique local. Debió ser un acto al que le condujo el odio, pero las memorias de Pascual se interrumpen de forma abrupta y no nos informan de nada. Pascual guarda silencio al respecto.
Al finalizar las memorias de Pascual Duarte aparecen 4 documentos ajenos a la narración-confesión del protagonista. Cerrado el cuadro,aún nos queda la otra parte del marco, los otros 4 documentos complementarios finales, que son:
“Otra nota del transcriptor”, en cursiva, en la que se nos informa que Pascual Duarte debió estar en la cárcel de Chinchilla por el asesinato de su madre desde el 10 de febrero de 1922 hasta 1935 ó 1936, saliendo del penal antes de estallar la guerra civil. También se nos informa que en los días de la revolución en Torremejía, nada se sabe de Pascual, salvo que asesinó a don Jesús González de la Riva, crimen por el que está condenado a muerte.
Por último el transcriptor conjetura que la carta-prólogo de Pascual Duarte a don Joaquín Barrera López coincidiría en el tiempo con la redacción de los capítulos 12 y 13 del relato de Pascual Duarte. De las pesquisas del narrador nacen otros dos documentos, a saber:
Una carta firmada por Santiago Lurueña, Presbítero, capellán de la cárcel de Badajoz y desde el punto de vista del cura los últimos momentos de la vida de P. D. fueron muy cristianos, sólo a última hora de descompuso un poco. Se trata de la opinión de un hombre desde la caridad cristiana.
Una cara firmada por Cesáreo Martín, el guardia civil que le custodió en la cárcel de Badajoz. Cesáreo Martín nos muestra una perspectiva diferente. Pascual Duarte en sus últimos momentos se comportó como un cobarde y además le tilda de loco: “De la salud de su cabeza no daría yo fe aunque me ofreciesen el Dorado, porque hacía tales cosas que a las claras atestiguaba su enfermedad” (225).
En esta carta también se habla de la misiva que Pascual Duarte escribió a Joaquín Barrera López: “-Cuando me lleven, coge usted esta carta, arregla este montón de papeles, y se lo da todo a ese señor”(226). También deducimos que las memorias de Pascual Duarte se publicarán y suponemos que el transcriptor le ha prometido un ejemplar por su colaboración , porque el guardia civil le pide otro para el teniente de la línea: “Le ruego que si le es posible me envíe dos libros, cuando estén impresos”.(227)
Y un último documento , que es la frase final del transcriptor en cursiva. ¿Qué más podía añadir yo a lo dicho por estos señores?(227) y la fecha de conclusión de la escritura: “Madrid, enero de 1942”.
Y todo este marco , siguiendo el juego narrativo que nos presenta Cela para reforzar la autenticidad del relato con el mayor apoyo documental.
En cuanto al punto de vista “La familia de Pascual Duarte” se presenta como una novela autobiográfica en la que Pascual escribe sus memorias en 1º persona, por lo que actúa como narrador-protagonista.
Además hay otros dos narradores (testigos) que fueron testigos de la muerte de Pascual: el sacerdote que le confesó, don Santiago Lurueña, y el cabo de la Guardia Civil, Cesáreo Martín; cada uno de ellos ofrece una versión diferente de la muerte de Pascual.
Tenemos otro narrador en don Joaquín barrera López (“Cláusula del testamento ológrafo…”) que tendría estas funciones: a) justificar la autenticidad del relato: “el paquete de papeles(…) atado con bramante y rotulado en lápiz rojo: Pascual Duarte” b) introducir el punto de vista del censor: sea dado a las llamas(…) por disolvente y contrario a las buenas costumbres”; aunque deja la posibilidad que si sobrevive 18 meses, quien lo encuentre disponga de él según su voluntad
Pero aún hay otro narrador: el transcriptor, que da a la imprenta las memorias de Pascual Duarte y le llamaremos el narrador oculto. Este narrador omnisciente permanece oculto para que su personaje pueda ofrecer su propia visión de los hechos.
En cuanto al tiempo podemos observar que el relato va desde la infancia de P.D. hasta el asesinato de su madre y su salida posterior de la cárcel en 1935 ó 1936 y ocupa unos 53 años, mientras que el tiempo que tarda en escribir las memorias en la cárcel de Badajoz, por el asesinato de Jesús de la Riva, es de unos 5 meses, hasta su ejecución en 1937. De hecho el protagonista da la última noticia directa de su vida en la carta que adjunta al manuscrito de sus memorias, fechada el 15 de febrero de 1937 en la cárcel de Badajoz. Al final el tiempo del relato y el tiempo del narrador confluyen. Sin embargo hay otras notaciones temporales relacionadas con la muerte de don Joaquín Barrera, el destinatario de sus memorias en mayo de 1937; el hallazgo del manuscrito a mediados de 1939 por parte del transcriptor en una farmacia de Almendralejo y por último la nota final del transcriptor en la que se incluyen las dos cartas en las que se cuenta desde diferente perspectiva la muerte de P.D., fechadas en 1942.
En general el tratamiento del tiempo no ofrece complejidades significativas, pero introduce algunos saltos temporales, como la muerte de la Chispa contada en el capítulo 1, cuando el suceso debió producirse en los capítulos 11ó 12, después de la muerte de Pascualillo o cuando en el capítulo 3 Pascual relata la juventud de su hermana Rosario, dice a principio del capítulo 4: “Usted sabrá disculpar el poco orden que llevo en el relato, que por eso de seguir por la persona y no por el tiempo me hace saltar del principio al fin.(…) ya que lo suelto como me sale y a las mientes me viene, sin pararme a construirlo como novela”(128).
Por lo que respecta al espacio, los hechos principales que se narran transcurren en el pueblo del protagonista, Torremejía, situado a unas leguas de Almendralejo, y en los penales donde paga sus crímenes o donde será ajusticiado a garrote vil (cárcel de Badajoz). También P.D. pasa días de luna de miel en Mérida, sin duda los mejores de su vida. Después probará fortuna en Madrid, donde pasa 15 días y luego va a
LOS PERSONAJES:
Pascual Duarte es el personaje protagonista de la historia y aparece en todos los capítulos. Tiene 55 años cuando escribe sus memorias. Asistió a la escuela hasta los 12 años. Se casó con la Lola en primeras nupcias, que tuvo un aborto, luego un hijo,Pascualillo, que murió a los 11 meses, por lo tanto estamos ante un individuo primario, instintivo privado de la paternidad. Después del aborto inicia su carrera de criminal matando a la yegua y un poco antes había apuñalado a Zacarías, porque había atentado contra su honor. Mata al “Estirao”por el adulterio con su mujer y por chulear a su hermana; y ya en el culmen de su carrera asesina a su madre y como colofón al conde de Torremejía.
Pascual Duarte se relaciona con todos los personajes que aparecen en el relato y tenemos un personajes principales como el padre de Pascual, Lola, El Estirao, Rosario, la madre , Jesús González de
Los personajes femeninos tienen mayor relevancia en el relato: Rosario, Lola ,Esperanza, la madre, la señora Engracia y hasta la Chispa y la yegua. Comencemos por la madre.
La madre(personaje innominado, es el único personaje cuyo nombre ignoramos) es “larga y chupada”, tez cetrina, mejillas hondas, desbrida y violenta. Analfabeta, Adúltera, engaña a su marido con el señor Rafael, padre de Mario; después de la muerte de Pascualillo le hará la vida imposible a P.D., junto con Rosario y Lola. Recibe fríamente a Pascual cuando vuelve de la prisión. La madre por ser la antítesis de una madre alimenta el odio del hijo, que terminará asesinándola al final de la novela.
Lola: La primera mujer de P.D. Es una campesina saludable, alta y morena de tez y de pelo, ojos con mirada profunda, carnes prietas y senos abundantes. No ama a Pascual con ternura. Su mentalidad es primitiva. No distingue entre el bien y el mal, actúa por impulsos. Es muy fuerte en ella el instinto reproductor. Tenía 21 ó 22 años cuando Pascual, con 28 ó 30, la viola en el cementerio sobre la misma tumba de su hermano, recién enterrado. Se casa embarazada y a raíz de la pérdida de sus dos hijos cambia de carácter , se vuelve agresiva y culpa a Pascual de las desgracias gritándole: “¡Parir para que el aire se lleve lo parido, mal castigo te espere!”(170). Muere repentinamente, cuando Pascual regresa de La Coruña y está embarazada del “Estirao”.
Rosario: La hermana de Pascual. Es inteligente, pero ladrona y alcohólica. Tiene claro desde muy joven que no quiere vivir las miserias de su casa y con 14 años se marcha a ejercer la prostitución. Rosario aparece en los momentos importantes de la vida de Pascual, hace de madre con su hermano Mario e incluso de Pascual, al que le brinda comprensión y compañía emocional. Rosario carece de autoestima y considera normal recibir malos tratos del “Estirao”. Acepta el mundo sin analizarlo.
Paco López, el Estirao, llamado así porque andaba muy “derechito”. Guapo mozo con un ojo de vidrio, alto, medio rubiales, juncal”. Era un rufián, vivía de las mujeres. Es un tipo violento y mantiene relaciones con Rosario y con Lola, mientras Pascual está en La Coruña. Es asesinado por Pascual.
Don Jesús González de la Riva, conde de Torremejía, que es a quien dedica Pascual sus memorias y última de sus víctimas.
Otro personaje principal que se menciona en la novela es el odio y que determina los actos de Pascual. Aparece primero en forma de rabia contenida, pero a partir de la muerte de su hermano Mario se transforma en odio. A medida que avanza el relato el odio inunda el alma y el cuerpo de Pascual. Por eso el asesinato de su madre supone para Pascual una liberación.
Luego vendrían los personajes secundarios con algún protagonismo en el relato y tendríamos al padre de Pascual, Esteban Duarte Diniz, portugués, contrabandista, de carácter áspero, brusco y muy violento; de escasa cultura, borracho y pendenciero. Solía maltratar a su familia. Sabe leer, eso le hace sentirse superior a su mujer. Su muerte coincide con el nacimiento de Mario. Su muerte se produce por la enfermedad que le trasmite un perro: la rabia. Muere abandonado por todos.
El señor Rafael, amante de la madre de Pascual y padre de Mario. Es un personaje bruto y violento, sobre todo con su hijo disminuido, Mario. Al morir el padre de Pascual se queda en la casa familiar.
Mario: Segundo hermano de Pascual. Nace cuando él tiene 17 ó 18 años. Es hijo del señor Rafael. Disminuido y murió con 10 años. Su vida está marcada por la desgracia: sufrió un sarampión atroz, a los cuatro años unos cerdos le comen las orejas, su padre le maltrata y muere ahogado en una tinaja de aceite. Sólo sonrió una vez cuando después de recibir una patada de su madre, ésta lo durmió acariciándolo.
Pascualillo, hijo de Pascual y de Lola. Sólo vivió 11 meses y frustra los sueños del protagonista: su supervivencia
Esperanza: Sobrina de la señora Engracia, la partera, será la segunda mujer de Pascual. Tenía 32 años cuando se casó con ella. Es la primera mujer a la que Pascual da un beso de amor. La madre de Pascual no la podía ver ni en pintura.
La señora Engracia, medio bruja y partera. Suele asistir a la familia de pascual y a su mujer Lola.
Don Conrado, director de la prisión de Chinchilla. Es un hombre bueno y comprensivo, que ayuda a pascual a salir de la cárcel por primera vez.
Don Santiago Lurueña, capellán de la prisión de Badajoz, que confiesa a Pascual poco antes de ser ejecutado, y al final escribe una carta al transcriptor, contando la muerte de Pascual.
Cesáreo Martín, número de la guardia civil, que conduce a Pascual al patíbulo y escribe una carta al transcriptor, siendo cabo, explicando la muerte de Pascual e interesándose por la novela cuando esté publicada: “Le ruego (…) me envíe dos libros, en vez de uno, cuando estén impresos. El otro es para el teniente de la línea”(227).
Luego hay otros personajes esporádicos o anecdóticos que apenas intervienen y son : Nieves la Madrileña, La Elvira, La Apacha, la madre de la Lola, los vecinos y el señor Gregorio (jefe de la estación) .
Lengua y estilo: Antonio Zubiarre acuñó el término de “tremendismo” para definir el nuevo estilo de la novela de Cela, y Ángel del Río lo define así: “Un realismo que acentuaba las tintas negras , la violencia y el crimen truculento, episodios crudos y a veces repulsivos, zonas sombrías de la existencia”[6]. Cela tacha el término de “etiqueta estúpida que hizo fortuna”[7] y lo define como “la sanguinaria caricatura de la realidad”.
Por otra parte esta corriente tremendista, sin el matiz peyorativo, no es nueva en la literatura española, habrá rasgos tremendistas en “La Celestina”, en la novela picaresca, en “Luces de Bohemia” y en la trilogía de Baroja “La lucha por la vida”.
En cuanto a la lengua podemos ver en “La familia de Pascual Duarte” una estupenda adaptación del lenguaje a sus personajes, como sucede con el transcriptor, el sacerdote o el guardia civil y por supuesto con el propio Pascual Duarte.
Hay un predominio del estilo coloquial con abundantes refranes y dichos populares. También es frecuente el uso de diminutivos, típicos del habla popular. Pascual Duarte los utiliza con carácter afectivo, y a veces con connotaciones despectivas.
También aparecen vulgarismos como: “Me conocía la carácter, la respeto habíasela ya perdido tiempo atrás, voy a ver de empezar de nuevo, la Rosario”.
Los diálogos son cortos y con frases sencillas y reproducen el habla viva de la gente del pueblo (sin términos malsonantes). En la novela hay un único monólogo interior, que reproduce los pensamientos y las frustraciones del personaje. Aparece en el pasaje en que Pascual contempla a su madre dormida: “Pensé cerrar los ojos y herir(…) Había que herir con los ojos bien abiertos, con los cinco sentidos puestos en el golpe(…) El tiempo pasaba y yo seguía allí, parado inmóvil como una estatua, sin acabar(…) No; no podía perdonarla porque me hubiera parido(…)No había tiempo que perder. Había que decidirse de una buena vez” (218-219).
Las animalizaciones son frecuentes y lógicamente tienen por objeto degradar al personaje. De su hermana Rosario, cuando era chica, dice: (…) la vi pegajosa y colorada como un cangrejo”(121) y de su hermano Mario: “el pobre no pasó de arrastrarse por el suelo como si fuese una culebra y de hacer ruiditos con la garganta y con la nariz como si fuese una rata” (130).
Las sensaciones olfativas están muy presentes en el relato, así declara lo que le sucedió en el viaje a la capital para entrar en quintas: “(…) anduve todo el día de Dios desazonado, venteando los aires como un perro de caza. Cuando me fui a acostar, olí mi pantalón de pana(…) Quité la almohada y apoyé la cabeza para dormir sobre mi pantalón doblado”(113).
El intencionado rusticismo de la novela esconde un tratamiento literario muy cuidado y los recursos más frecuentes son: las comparaciones, las repeticiones, enumeraciones, las metáforas, el adjetivo doble o triple y el abundante uso del diminutivo.
En cuanto a los antecedentes literarios en ”La familia de Pascual Duarte” hay ecos de la novela picaresca de “El buscón” de Quevedo y del “Lazarillo de Tormes”. Gonzalo Sobejano también ha notado huellas de Baroja (de “La lucha por la vida”), de los tintes negros de Solana, de los romances de ciego y de la tragedia rural de Valle-Inclán y García-Lorca.
Significación: Es opinión unánime de la crítica que la publicación de “La familia de Pascual Duarte” supuso el punto de partida de la anquilosada narrativa de postguerra en 1942.
Eugenio de Nora (“La novela española…” III. Gredos,1973) destaca dos aspectos principales en la novela: la prosa llena de fuerza y el truculento patetismo del asunto: la vida miserable y los crímenes execrables de un campesino extremeño.
Pero los crímenes de Pascual no son “gratuitos”, son siempre respuestas instintivas provocadas por seres más repulsivos que él, salvo el conde de Torremejía.
La presencia del mal es mucho más patente en las víctimas que en Pascual Duarte. La responsabilidad del mal, que encarna nuestro antihéroe no puede imputárselo a él solo, sino a una organización social injusta, a la miseria y a la ignorancia padecidas históricamente por el pueblo y por la sociedad rural en particular.. Por lo tanto la novela, desde el punto de vista ideológico sería difusamente social, aunque ni Pascual, ni los otros personajes tengan conciencia social.
Pedro Laín Entralgo (“El azar y el destino” en “El País”, 11/10/1984) da otra interpretación a la novela y la sustenta en tres polares: el destino, el carácter y el azar.
En efecto Pascual Duarte cree firmemente en el destino: “Los mismos cueros tenemos todos los mortales al nacer y sin embargo, cuando vamos creciendo, el destino se complace en variarnos como si fuésemos de cera destinarnos por sendas diferentes al mismo fin: la muerte”(109). El destino es lo que hace realmente malo a Pascual y lo ha empujado al crimen. En el destino intervienen dos factores la herencia (la constitución biológica) y el ambiente (físico, el medio social y la situación histórica) ambos negativos. Con estos presupuestos Pascual se ha formado un carácter bronco, de homicida reincidente, pero todo esto es la fatal consecuencia del mundo que le tocó vivir.
Por último el azar, que es todo aquello que nos sucede y no podemos controlar; y si analizamos algunos de los eventos de la vida de Pascual, tendremos: ¿Por qué su perra le miró aquel día? ¿Por qué
Y una tercera interpretación: “La familia de Pascual Duarte” es la narración de un condenado a muerte, que confiesa sus culpas para explicar públicamente su conducta. Y ya la primera “Nota del transcriptor” advierte que esta historia “es un modelo no para imitarlo, sino para huirlo”(100). Pero Pascual a pesar de hacer un confesión pública y por tanto el destinatario serían todos los lectores, sin embargo le envía el manuscrito a un amigo de su última víctima-el Conde de Torremejía- al Sr. Barrera; y esto por una razón, porque es el único crimen sin justificación. Es el único crimen social, aunque se nos hurten las causas por las cuales remató a don Jesús.
Pascual al asesinar al conde ha encontrado un culpable distante, de otra clase social. Porque la familia de Pascual no es solo la familia de la sangre, sino la familia social, la sociedad española del momento, la que le volvió la espalda, no le dio oportunidad de emigrar y le condujo como un cordero pascual al sacrificio. Pascual Duarte es víctima de su familia carnal y de su familia social.
Porque Pascual Duarte es un hombre solo, no sólo entre las cuatro paredes de la celda, sino en la vida. Pascual sufre la soledad del emigrante (Madrid,
Pascual Duarte, dice el Dr. Marañón en el prólogo de la 1ª edición de Destino: “ Duarte es mejor persona que sus víctimas(…), que Pascual Duarte es una buena persona y que su tragedia es (…) la de un infeliz que casi no tiene más remedio que ser, una y otra vez, criminal” (38). Pascual nunca goza con el sufrimiento ajeno, lo que hace es disputar, herir y matar. Y a través de la crueldad asoma, a veces, la bondad , la piedad y el aprecio. Todo el aprecio de Pascual se concentra en su hermana Rosario, ella es la única de las tres mujeres enlutadas, que le dice que no está madito, porque su segundo hijo se haya malogrado:” Yo la quería con ternura”-dice Pascual. Rosario es quien le busca a su hermano una nueva esposa, deseando encauzar su vida.
Este contrapunto entre crueldad y piedad en la novela tiene una función moral de catarsis y expresa el odio contra una realidad injusta y el deseo de concordia, de amor, del hijo carnal y social en abandono.
Pascual Duarte nos habla desde su humana realidad de ente de ficción y nos pide un mundo, una sociedad en que su vida no se repita.
Por lo demás la novela fue un éxito literario y desde 1942 no ha dejado de editarse, de tal forma que hay un libro de Fernando Huarte Morton titulado:”La familia de Pascual Duarte”. Recuento del cincuentenario (1942-1992) y alguna papeletas más. Iria Flavia. Fundación Camilo José Cela, 1994, en el que se da noticia de las múltiples ediciones de la novela (208 ediciones, de las cuales 106 en castellano y 102 en otros idiomas).
La crítica también se ocupó de ella desde el primer momento y la bibliografía existente es muy abundante.
También es la obra literaria española más traducida, después del Quijote. Ha sido traducida a más de 50 idiomas, como muestra al caló (lengua minoritaria de la etnia gitana); a los idiomas españoles: catalán, 1956, gallego, 1962 y vascuence,1967 y al latín: “De familia Pascual Duarte”, (traducción de Bárbara Pastor de Arozena). Editorial Coloquio. (Edición bilingüe). Ediciones Clásicas .Madrid, 1990. Hay una edición en Braille (Barcelona, 1967).
Y en 1976, Ricardo Franco rodó el film, “Pascual Duarte”, basado en la novela de Cela, con José Luis Gómez como protagonista.
NOVELAS DE CAMILO JOSE CELA:
La familia de Pascual Duarte(19429, Pabellón de reposo (1944), Nuevas andanzas y desventuras del Lazarillo de Tormes (19449, La colmena (1951), Mrs. Caldwell habla con su hijo (1953), La catira (1955), San Camilo 1936 (1969), Oficio de tinieblas 5 (1973), Mazurca para dos muertos (1983), Cristo versus Arizona,( 1988), La Cruz de San Andrés (1994), Madera de boj, (1999)
BIBLIOGRAFÍA:
. Cardona Rodolfo.”Novelistas españoles de postguerra”. Taurus. Madrid, 1977
. Cela Camilo José. “La familia de Pascual Duarte”. Editorial Destino. Barcelona, 1951
“ “ “ “ “ Introducción de Adolfo Sotelo. Austral Narrativa. 3ª edición .Madrid, 2006
. Martínez Cachero José Mª.”La novela española entre 1939 y 1980. Historia de una aventura”. Edit Castalia. Madrid, 1986
. Nora, Eugenio de.“La novela española contemporánea” III. Edit Gredos. Madrid, 1973
. Urrutia Jorge. “Cela: La familia de Pascual Duarte”. SGEL. Madrid, 1982
. Zamora Vicente. “C.J.C. acercamiento a un escritor” Edit Gredos. Madrid, 1962
REVISTAS:
Insula, 518-519. Febrero-marzo, 1990 (Monográfico dedicado al Premio Nobel,1989)
Papeles de Son Armadans, CXLII, 1968. Gonzalo Soberano: Reflexiones sobre La familia de Pascaul Duarte ( pp. 19-58)
Cuadernos Hispanoamericanos, 337-338, julio-agosto de 1978.
[1] Cela Camilo José. “La familia de Pascual Duarte”.Ediciones Destino,1ª edición.Barcelona, 1951. En Andanzas europeas y americanas de Pascual Duarte y su familia. (pp. 7 y 8)
[2] . Facsímil del manuscrito de “La familia de Pascual Duarte”. Círculo de Lectores. Barcelona, 1990
El manuscrito de la novela al morir José Mª de Cossío pasó por donación a
[3] .Cela Camilo José.”La familia de Pascual Duarte”. Círculo de Lectores. Barceloa, 1972. pag.8
[4] Martínez Cachero, José Mª. “La novela española entre 1939 y
[5] . Cela Camilo José.”La familia de Pascual Duarte”.(Introducción de Adolfo Sotelo). Colección Austral Narrativa.Edit Espasa-Calpe.Madrid, 2006. Todas las citas textuales serán de esta edición. (pag.109)
[6] . Río Angel,del.”Historia de la literatura española desde 1700 hasta nuestros días”.2. Ediciones B. Grupo Z. Madrid, 1996 (pag. 537)
[7] . Amorós Andrés. “Conversaciones con Cela. Sin máscara” Revista de Occidente,XXXIII, 1971 (267-284)