Frecuentemente nos encontramos con esta expresión, los misterios eleusinos, en la lectura de los clásicos y las notas de pie de página nos aclaran parcialmente el significado de estos misterios citados. Para ello tendremos que desentrañar el mito de la diosa Deméter y el de su hija Perséfone.
Según Hesiodo (Teog. 453-458), Deméter es hija de Crono y Rea, por tanto pertenece a la segunda generación de los dioses que derrocaron a su padre Crono y entronizaron a Zeus como dios supremo de mortales e inmortales.
La diosa Deméter mantuvo relaciones con su hermano Zeus, cuyo fruto fue Perséfone (Hesiodo, Teog. 912-914). También tuvo relaciones con Posidón, que se unió a ella con apariencia de caballo y tuvo a Arión. Se unió Deméter con Jasón y tuvo a Pluto (riqueza).
Pero a nosotros lo que nos interesa es el mito central protagonizado por Deméter, que es el rapto de Perséfone por Hades (Himno a Deméter v. 19-350). Hades, hermano de Deméter, raptó a Perséfone para casarse con ella. Entonces Deméter durante nueve días se esforzó en vano por encontrarla y cuando Deméter es informada por Helios, que Hades ha raptado a su hija, abandonó el Olimpo y se trasladó junto a los hombres y adoptando una figura de anciana se refugió en las ciudades de los mortales, por las que anduvo errante durante algún tiempo.
En uno de los viajes llegó a Eleusis y allí fue encontrada por las hijas del rey Keleos y la interrogaron sobre quién era y dijo que había sido robada por unos piratas y que buscaba asilo y trabajo como nodriza o sirvienta. En este tiempo Metaneira acababa de dar a luz a Demofón y la puso a su servicio como nodriza. Deméter encargada de la crianza de Demofón lo ungía con ambrosía y por las noches lo pasaba por el fuego con el fin de hacerlo inmortal; pero Metaneira descubrió a la diosa colocando al niño en las brasas y dio un grito de espanto.
La diosa, entonces, se dio a conocer y ordenó que en Eleusis se le consagrara un templo en su honor, en donde los iniciados en sus misterios cantaran su gloria y abandonó el palacio. Aquí tenemos, pues, la etiología o justificación mítica de los Misterios de Eleusis.
Pero Deméter, por no haber hallado consuelo a causa de la desaparición de su hija, cesó en sus funciones como diosa de la agricultura, de la fertilidad y la tierra se agostó y no creció en ella simiente alguna. Entonces Zeus intervino a favor de los humanos y envió a Iris para que intercediera ante Deméter sin obtener resultado alguno. Después todos los dioses le ruegan que deponga su actitud y ella respondió que no permitiría que la tierra diera más frutos hasta que no recuperara a su querida hija Perséfone.
Zeus, entonces, envía a Hermes a los infiernos a rescatar a Perséfone y Hades se doblegó a la voluntad de Zeus; pero antes de devolver a su mujer a la tierra le hizo comer algunos granos de la granada, fruto que provocaba la unión indisoluble de los esposos. Cuando Perséfone se reunió con su madre, ésta le preguntó. “si no había probado algo en los infiernos” (romper el ayuno) y Perséfone le contestó que había probado el fruto fatal de la granada.
Para solucionar las cosas se llegó a un pacto: Perséfone pasaría cuatro meses en el infierno y el resto con su madre en el Olimpo. Aceptado el pacto la tierra volvió a dar sus frutos y a cubrirse de plantas y flores.
Este pacto mítico fue interpretado en clave alegórica ya desde la Antigüedad, de tal forma que el tiempo que Perséfone pasa junto a Hades equivale al invierno, tiempo de muerte de la naturaleza, mientras que su regreso al mundo de los vivos, coincide con la llegada de la primavera, como se indica en el Himno a Deméter 401-403.
Los Misterios Eleusinos, a pesar de la importancia que tuvieron las Tesmofóricas en Grecia en honor a Deméter, el ritual más destacado de Deméter fueron los Misterios, que se celebraron durante más de diez siglos en Eleusis, ciudad próxima a Atenas. El Himno a Deméter en su parte central incluye un relato sobre la institución de estos misterios.
Los cultos mistéricos de los griegos daban respuesta a las incógnitas sobre el Más Allá para las que la religión no ofrecía soluciones. El Misterio prometía una existencia más favorable en la vida de ultratumba. Estos ritos mistéricos poseían carácter secreto; aunque no se trataba de reuniones clandestinas. El aspecto secreto de los Misterios consistía en que las verdades reveladas no se podían divulgar. No obstante estos cultos mistéricos estaban abiertos a todos: ciudadanos, mujeres, esclavos y extranjeros.
La fuente más antigua sobre estas celebraciones es el Himno a Deméter, que nos deja en la duda sobre bastantes cuestiones; ya que el pacto de silencio de los iniciados fue respetado de manera constante y ello dificulta saber lo que ocurría realmente en el santuario de Eleusis. Gracias a la arqueología, a las alusiones de algunos escritos y al testimonio de algunos autores cristianos, podemos hacernos una idea somera.
El misterio, estos eran los personajes que intervenían en el ritual: el hierofante (el que muestra lo sagrado), el portador de la antorcha, el heraldo sagrado y una sacerdotisa de Deméter.
El hierofante era el encargado de seleccionar en Atenas a los candidatos que podían participar en la iniciación. Los Misterios se desarrollaban en el mes de Boedromeón (finales de septiembre y principios de octubre). Comenzaban con la procesión que recorría los 30 km. de distancia entre Atenas y Eleusis. Antes se habían trasladado de Eleusis a Atenas los objetos sagrados que debían participar en la procesión. Al día siguiente los fieles, juzgados dignos de participar, eran convocados en Atenas por el hierofante y acto seguido se bañaban en el mar para purificarse. Por último tenía lugar la procesión de retorno a Eleusis con el fin de guardar, de nuevo, en el templo los objetos sagrados. A la cabeza del séquito iba una estatua de Dioniso, asociado desde tiempos remotos al culto a Deméter.
En Eleusis se celebraban los misterios propiamente dichos, en los que sólo participaban los iniciados y se le prohibía la divulgación de tales ceremonias, amenazándoles, incluso, con la muerte. La ceremonia de iniciación se realizaba por la noche junto al templo, se coronaban de mirto, se lavaban las manos y escuchaban atentos los preceptos de Deméter; después tomaban un refrigerio y penetraban en el santuario, donde reinaba la más completa oscuridad. Allí asistían a un drama litúrgico, cuyo argumento se basaba en el rapto de Perséfone por Hades.
De pronto la tiniebla era vencida por una vivísima claridad y aparecía la estatua de Deméter ataviada con las mejores galas. Se simulaba la entrada de espantosos espectros y monstruosas figuras, hasta que se restablecía la calma y se abrían las dos enormes puertas de recinto y a la luz de las antorchas se contemplaba un hermoso jardín, que sería el escenario ideal para las danzas, las fiestas y el placer. Era entonces cuando en este campo, que simbolizaba los Campos Elíseos, tenía lugar la verdadera revelación de los secretos de los misterios de Eleusis, cuya divulgación era castigada con la pena capital.
Estos misterios eran una forma de ascetismo en la que los fieles, recordando la esterilidad (muerte) provocada por la estancia de Perséfone en los infiernos, esperaban la resurrección o vida en el Más Allá, simbolizada por la germinación de los frutos o la vuelta de Perséfone con su madre.
BIBLIOGRAFÍA:
Himnos Homéricos.,Edición de José B. Torres, Editorial Cátedra (Letras Universales). Madrid, 2005.
Cardona Francesc L., Mitología Griega. (Colección Olimpo), Edicomunicación S. A.Barcelona, 1996 Ovidio,Las Metamorfosis I, Edición De A. Ruiz de Elvira, CSIC, Madrid, 1992 Madrid, 24 de febrero de 2011
1 comentario:
Gracias! Muy buen resumen de los misterios. Aún me pregunto qué habría en aquella caja y canasta.
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