martes, 17 de junio de 2014

LAS VANGUARDIAS LTERARIAS HISPANAS II





El Ultraísmo (1918-1923)
 
 
 
 
 
 


                                              

 
 
 
 
 
El ultraísmo es un movimiento literario nacido en España en 1918 con decidida intención de enfrentarse al modernismo, corriente que había dominado la poesía en lengua española desde finales del siglo XIX.
Este movimiento tiene unos antecedentes en Ramón Gómez de la Serna, Juan Ramón Jiménez, Rafael Cansinos-Asséns, sin olvidar el magisterio ideológico de José Ortega y Gasset y Vicente Huidobro, que, como se sabe, llegó a Madrid en el verano de 1918 y transmitió su arte nuevo a un pequeño círculo de amigos, que algunos de ellos (Gerardo Diego, Larrea, Guillermo de Torre) se integrarían en el ultraísmo.
Guillermo de Torre habla de la trascendencia de las reuniones en casa de Huidobro en Madrid: “En su casa vi los primeros libros y revistas de las escuelas que luego darían pródigas y discutidas cosechas (…) Allí se incubó originariamente el óvulo ultraísta”1.
El creador del término, “ultraísmo”, fue Guillermo de Torre, que dice:
Ultraísmo era sencillamente uno de los muchos neologismos que yo esparcía a voleo en mis escritos de adolescente. Cansinos-Asséns se fijó en él, acertó a aislarlo, a darle relieve (…) El hecho es que Cansinos-Asséns se posesionó del término. Y “Ultra” tituló un breve manifiesto escrito por él2.
El ultraísmo nace en los últimos meses de 1918 entre un grupo de jóvenes con inquietudes literarias en el Café Colonial de Madrid, en torno a la figura de Rafael Cansinos-Asséns.
Cansinos publica el “Manifiesto Ultra” en el otoño de 1918 en estos términos:
Los que suscriben, jóvenes que comienzan a realizar su obra, y que, por eso, creen tener valor pleno de afirmación, de acuerdo, con la orientación señalada por Cansinos-Asséns (…), necesitan declarar su voluntad de un arte nuevo que supla la última evolución literaria: el novecentismo. (…)
Respetando la obra realizada por las grandes figuras de este movimiento, proclamamos la necedad de un ultraísmo (…). Nuestra literatura debe renovarse, debe lograr su ultra, y en nuestro credo cabrán todas las tendencias sin distinción (…) Por el momento creemos suficiente lanzar este grito de renovación y anunciar la publicación de una revista que llevará este título de Ultra, y en la que sólo lo nuevo hallará acogida. Jóvenes rompamos por una vez nuestro retraimiento y afirmemos nuestra voluntad de superar a los precursores. Y firman este manifiesto: Xavier Bóveda, César A. Comet, Fernando Iglesias, Guillermo de Torres, Pedro Iglesias Caballero, Pedro Garfias, J. Rivas Panedas, J. de Aroca3.
El ultraísmo es en gran medida un “ismo” formado por la síntesis de elementos futuristas, dadaístas, con incrustaciones de cubismo, expresionismo y creacionismo, si bien fue un movimiento predominantemente poético.
Del cubismo, el ultraísmo tomó la disposición tipográfica especial, imitando los caligramas de Apollinaire. Del futurismo tomó el culto por la velocidad y las máquinas modernas.
La aportación del expresionismo llega al ultraísmo de la mano de Jorge Luis Borges, que había vivido durante la I Guerra Mundial en la neutral suiza y conoció la poesía germana. En las revistas ultraístas Borges tradujo y publicó poemas expresionistas e informó sobre autores y características del movimiento. Publicó poemas propios con cierta influencia expresionista.
El creacionismo de Huidobro, después de su llegada a Madrid en 1918, ya se ha dicho que fue el óvulo, el detonante del ultraísmo. Ha habido cierta identificación entre el ultraísmo español y el creacionismo; pero hay que aclarar que el creacionismo es una escuela con un contenido teórico y el ultraísmo es un movimiento abierto a todo lo nuevo, sería, pues, un movimiento ecléctico. Rivas Panedas en su artículo “Protesto en nombre de Ultra”, rechaza la pretendida identificación de este modo: “…el creacionismo, es algo bien concreto, al menos una cosa muy concreta al lado de nuestro Ultra, que no nos cansamos de repetir, que no es un dogma ni un modo. El creacionismo sí”4.
Además de Rafael Cansinos-Asséns, “inductor de entusiasmos”, el personaje clave y teórico del movimiento ultraísta fue Guillermo de Torre, el futuro cuñado de Jorge Luis Borges (se casa con Norah Borges), que redacta en 1920 el “Manifiesto Ultraísta Vertical” (publicado como suplemento en la revista Grecia, nº 50, 1 de noviembre de 1920) y en 1923 publica su poemario Hélices. También publica, como es conocido, Literaturas europeas de vanguardia (1925), donde informa de todos los movimientos vanguardistas europeos y su repercusión en España.
Jorge Luis Borges, residente a la sazón en España también contribuye al desarrollo del ismo, exponiendo los principios ultraístas en un artículo publicado en la revista Nosotros (1921) de Buenos Aires, que son:
  1. Reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora.
  2. Tachadura de las frases medianeras, los nexos y los adjetivos inútiles
  3. Abolición de los trebejos ornamentales, el confesionalismo, las prédicas y la nebulosidad rebuscada
  4. Síntesis de dos o más imágenes en una que ensanche así su facultad de sugerencia.

Asimismo los objetivos creativos del ultraísmo son:
Eliminación de la rima; imágenes y metáforas chocantes e ilógicas con temas del mundo del cine, el deporte o los adelantos técnicos; uso abundante de neologismos, tecnicismos y palabras esdrújulas; reducción de la lírica a su elemento primordial: la metáfora y una tendencia a establecer una disposición tipográfica nueva de las palabras del poema, pretendiendo de ese modo una fusión entre la plástica y la poesía.
Los poetas ultraístas se expresaron más en revistas de conjunto que en obras individuales. Entre estas revistas tenemos:
CERVANTES de Madrid, (1916-1920), que no nació ultraísta, dirigida en principio por Francisco Villaespesa. En enero de 1919 pasó a formar parte del movimiento ultraísta y la dirigió Rafael Cansinos-Asséns. Colaboran en ella en su segunda época: Pedro Garfias, Adriano del Valle, Gerardo diego, Eugenio Montes, Juan Larrea, Guillermo de Torre, J. Rivas Panedas, R. Lasso de la Vega.
GRECIA (Sevilla y Madrid, 1918-1920), aparece en Sevilla, el 12 de octubre de 1918, su fundador fue Isaac del Vando-Villar; a partir de 1919 empieza a incluir colaboraciones ultraístas. Sus colaboradores son: Adriano del Valle, Miguel Romero, Rogelio Buendía y Pedro Raida; Cansinos-Asséns, Guillermo de Torre, Jorge Luis Borges, Lasso de la Vega.
Grecia de traslada a Madrid en 1920, donde publica siete números, en los que refleja con bastante exactitud el ultraísmo en sus primeros pasos.
COSMÓPOLIS (Madrid, 1919-1922), publicada en Madrid por Enrique Gómez Carrillo, con intención de acercamiento entre los escritores españoles e hispanoamericanos. Colaboraron, Cansinos-Asséns, Jorge Luis Borges. Gómez Carrillo creó una sección permanente para Guillermo de Torre: “Literaturas novísimas”, donde fueron apareciendo algunos de los estudios, que luego pasaría revisados a su libro “Literaturas europeas de vanguardia”.
REFLECTOR (Madrid, 1920), fue su director el poeta José Ciria y Escalante y su secretario Guillermo de Torre. Alcanzó un solo número. Colaboraciones de Ramón Gómez de la Serna, poesías de Saupoult y Eluard, un caligrama humorístico de Francisco Vighi, un artículo de Jorge Luis Borges sobre el “Manifiesto Vertical” de Guillermo de Torre, además de los grabados de Norah Borges y Rafael Barradas.
ULTRA (V---LTRA) (Madrid, 1921-1922), 24 números. No figuraba el nombre del director, decía: “Ultra no tiene director, se rige por un comité directivo anónimo.”; en la realidad estaba dirigida por Humberto Rivas. Ultra destacaba por su belleza tipográfica, empezando por el arcaísmo “V”LTRA.
Tiene como colaboradores a Cansinos-Asséns y RAMÓN en cuanto a la prosa, y la crítica literaria de Guillermo de Torre. Luego vienen las colaboraciones poéticas de J. Rivas Panedas, Gerardo diego, José de Ciria y Escalante, César A. Comet, Pedro Garfias, Adriano del Valle, Lasso de la Vega, “Luciano de San Saor” (Lucía Sánchez Saornil), Ernesto López Parra y los hermanos Rello; en fin la plana mayor del Ultraísmo.
En Ultra también se da la colaboración de los artistas plásticos: los poacos Jahl y Paszkiewicz, el uruguayo Barradas y Norah Borges, que ilustran las portadas y el interior de la revista.
Hubo también otra revista del mismo título, Ultra en Oviedo, que empezó a publicarse en noviembre de 1919, dirigida por Augusto Guallart y como colaboradores Cansinos, Gonzalo de Alvear, Joaquín de la Escosura y Luis Zubillaga. Salió un año antes que Ultra de Madrid, aunque tuvo mucha menor repercusión. La revista Grecia, ya en su etapa ultraísta, saluda la aparición de la Ultra ovetense: “Ultra con Cervantes y Grecia, ha venido a formar el triángulo lírico, como irisa luminosos en la oscuridad del novecentismo. ¡Hermanos, Hurra por nuestro Ultra!”5.
TABLEROS (Refundición de Grecia). Revista Internacional de Arte, Literatura y Crítica (Madrid, 1921-1922). Publicó 4 números. Su director fue Isaac del Vando-Villar y su secretario J. Gutiérrez Gili. Tuvo como colaboradores a los mismos de la revistas ultraístas: Guillermo de Torre, Antonio Espina, Borges, Gerardo Diego, Lasso de la Vega, RAMÓN, Rivas Paneda, Luis Mosquera, Rogelio Buendía y los pintores Jahl y Barradas.
HORIZONTE. Arte,literatura, crítica. (Madrid 1922-1923). Publicó 4 números. Fueron sus directores Pedro Garfias y José Rivas Panedas y director artístico, Wladislaw Jahl. En ella además de los escritores ultraístas, Eugenio Montes, Pedro Grafias, Rogelio Buendía, colaboran los poetas de la nueva generación del 27: Alberti, Guillén, Dámaso alonso, Lorca, Gerardo Diego; y otros poetas anteriores como Antonio Machado y José Moreno Villa.
Todavía surgió una revista más del ultraísmo, cuando ya declinaba, PLURAL (Madrid, 1925), 2 números, dirigida por César A. Comet, en la que colaboran los ‘antiguos’ ultraístas y da paso a dos novelistas, Benjamín Jarnés y Valentín Andrés Álvarez, que se incorporan, después, a la Revista de Occidente.
También tuvo carácter vanguardista la revista RONSEL (Lugo, 1924, dirigida por el poeta y profesor Evaristo correa Calderón.
Citamos la revista ALFAR (La Coruña, 1921-1926). Revista de Casa América-Galicia, dirigida por el cónsul de Uruguay en La Coruña Julio J. Casal. A partir de 1925 se titula Alfar y allí se publicó hasta ser transplantada a Montevideo en 1929 y duró hasta la muerte de su director en 1954.
Y ya casi rebasando el límite de las vanguardias está LA GACETA LITERARIA, fundada por Ernesto Giménez Caballero y Guillermo de torre en 1927 y duró hasta 1931. Desde sus páginas se dio publicidad a toda la modernidad de aquella década de los 20.
Por último la GACETA DE ARTE (1932-1936) de Tenerife, dirigida por Ernesto Westherdahl, difundió en el plano artístico todas las novedades del momento
Los ultraístas también se expresaron en las veladas o recitales poéticos en los que daban a conocer sus poemas y tuvieron, a imitación de los futuristas y dadaístas, no poco de provocación.
La primera velada ultraísta se celebró en el ateneo de Sevilla, el 2 de mayo de 1919 y fue organizada por los colaboradores de la revista Grecia, con la asistencia del gran “Condestable” del Ultra, Rafael Cansinos-Asséns. Intervinieron en el acto Pedro Luis de Gálvez, Pedro Garfias, Miguel Romero y Juan González Olmedilla.
ADRIANVS (Adriano del Valle) que escribe la crónica de la velada en la revista Grecia, concluye de esta guisa: “El acto terminó dentro del mayor entusiasmo”.6
Pedro Garfias, que interviene en el acto, no es tan optimista, y así escribe en la revista Cervantes: “¡Oh, las admiraciones confusas y las hipócritas sonrisas!”, que suscitaron estos jóvenes ultraístas, “ante los filisteos, de frente lisa y ojos turbios”; y concluye: “Hemos celebrado nuestra fiesta del Ultra, y han sido los hermanos de Grecia quienes se han sacrificado primeramente ante el ara”.7
Una nueva velada tiene lugar el 2 de marzo de 1920 en el ateneo sevillano. Será Pedro Garfias en solitario, presentado por Adriano del Valle, quien leerá sus poemas ultráicos. Una vez terminada la velada según nos cuenta Juan González Olmedilla en “La epopeya del Ultra” en la revista Grecia, Pedro Garfias, Adriano del Valle e Isaac del Vando-Villar salieron por la calles de Sevilla a “festejar el nuevo éxito de incomprensión”, que esa noche había obtenido Pedro Garfias, lanzando contra las ventanas del cronista de la ciudad, Satiago Montoto, patatas y panecillos duros.
La tercera velada ultráica, que ya se convirtió en un calvario, se celebró en Madrid, en el salón “Parisiana”, el 28 de enero de 1921. El programa fue bastante ambicioso, pues, junto a la lectura de poemas, hubo una parte dedicada a la música y otra a la pintura. Y ante un público despectivo y burlón, fue desfilando toda la nómina del ultraísmo: Bacarisse (presentador), Humberto Rivas, Rivas Panedas, Borges, Garfias, Eugenio Montes, César A. Comet, Gerardo diego, Lasso de la Vega (que pretendió leer un poema en francés), Tomás Luque, López-Parra, José Ciria y Escalante y los hermanos Rello .
Apareció una crónica en La Voz de Madrid: “Del Madrid funambulesco”, de M. A. Bedoya en clave grotesca y ridiculizante: “En plena apoteosis del disparate Los ultraístas dieron anoche una función de gala”.
Cansinos, por su parte, escribe:”Todos, en general, están muy satisfechos, porque la velada fue un escándalo…Guillermito con su voz gangosa, celebra: -hemos hecho rabiar a los saurios…ha habido insultos, tomates…Luchas cuerpo a cuerpo…magnífico (…)¡Que éxito!”8.
La hostilidad mostrada en la velada del salón “Parisiana” no amilanó a los ultraístas, que convocan una segunda velada en el Ateneo de Madrid para el 30 de abril de 1921. Leyeron los ultraístas sus poemas en la Sección de Literatura del Ateneo y según la crónica de Ultra, nº 10, 10/05/1921: “La velada fue un éxito clamoroso para nosotros, a pesar de las protestas de una exigua minoría retardataria y obtusa”; pero ya no se atrevieron a repetir la experiencia
Aunque los ultraístas publicaron su obra en hojas sueltas y en revistas minoritarias, también editaron algunos libros de versos, así tenemos: Imagen (1922) y Manual de espumas (1924) de Gerardo Diego; Hélices (1923) de Guillermo de Torre; Poemas póstumos (1924) de José de Ciria y Escalante; La sombrilla japonesa (1924) de Isaac del Vando-Villar; El ala del sur (1926) de Pedro Garfias; Sed y Urbe (1928) de César M. Arconada; Talismán de distancias (1934) de César A. Comet y Primavera portátil (1934) y Los gozos del río (1940) de Adriano del Valle, estos dos libros están formados por poemas compuestos entre 1920 y 1923.
Valoración y fin del Ultraísmo
Guillermo de Torre comenta la disolución del Ultra:
El movimiento Ultraísta, (…) como bloque colectivo, destinado a ejercer una acción conjunta y a mantener un estado de espíritu radical y renovador, pudo (…) considerarse disuelto al dejar de publicarse (…) Ultra en la primavera de 1922, y tras el primer golpe a la solidaridad sufrida un año antes, con ocasión de la segunda velada ultraísta (…) Por otra parte, el objetivo esencial: marcar una ruptura neta con la generación anterior, negarse a ser epígonos para asumir el gesto de hermes (…), habría quedado explícita y ampliamente logrado. ¿A qué, pues, prolongar innecesariamente la asociación ocasional y el gesto común que unificaba, en ciertos casos, espíritus disímiles?9
Los críticos e historiadores, en general, no han valorado con justicia el movimiento Ultra, que quedó eclipsado por la gran aportación poética de la Generación del 27. Tempranamente Dámaso Alonso hizo una primera revisión sosegada del Ultraísmo en un artículo titulado, “Góngora y la literatura contemporánea”, escrito en 1927, que pasará al libro, Estudios y ensayos gongorinos, esto dice Dámaso alonso:
En enero de 1919 surge el grupo Ultra formado por unos cuantos jóvenes (…) que, ante el escándalo de la literatura oficial (la modernista), propugnan y practican el nuevo credo nacido en Francia. (…) colaboran en revistas de tradición rubeniana (…) (Grecia y Cervantes); dan borrascosas veladas poéticas; fundan una hoja decenal ULTRA, de forma, tipografía e ilustraciones desconcertantes para el buen público español… El grupo se disuelve, con la muerte de la revista Ultra, el año 192210.
Valora, Dámaso Alonso, que Ultra supo romper con los restos apelmazados del modernismo y en consecuencia, “todos los poetas actuales (1927), aun los más alejados de esta tendencia, son deudores (…) a Ultra, y de este movimiento hay que partir cuando se quiera hacer la historia de la poesía actual”11.
El fracaso del ultraísmo había consistido en no querer usar de estas adquisiciones (se refiere a las conquistas formales de la poesía tradicional), y al mismo tiempo en no haberlas sabido sustituir. No se improvisan las maestrías del verso: Ultra no pudiendo dominar un nuevo ritmo, eludió todo ritmo (…) De igual modo, para sustituir las sensaciones ópticas tradicionales (colorido, plasticidad), se entregó al burdo juego del caligrama12.
Años más tarde, Dámaso Alonso en su artículo, “Una generación poética”, incluido en Poetas españoles contemporáneos, insiste en los aspectos negativos del grupo:
Trajo aquel grupo más que su chillón y efímero entusiasmo: los experimentos realizados con la imagen (imagen múltiple), la actividad para ligar poéticamente elementos muy distantes entre sí de la realidad (…), el ennoblecimiento del humor, mejor dicho de cierta alegría deportiva y despreocupada…El ultraísmo movimiento fracasado, alimenta, aunque sea en pequeña parte, una de las más intensas generaciones de nuestra historia13.
Aun teniendo en cuenta esta valoraciones negativas, tenemos que reconocer el esfuerzo de renovación y ruptura de los ultraístas, que abrieron muchas posibilidades, que fueron aprovechadas por la generación siguiente. El paso de la poesía post-modernista a la de la generación del 27 no se puede explicar sin reconocer la aportación de los poetas ultráicos, que abrieron nuevos caminos par a la renovación de la expresión lírica.
Dámaso Alonso, ya más ponderado nos dice de Ultra:
No se le hace justicia a este movimiento. Apenas produjo nada durable. Pero si él difícilmente se puede explicar la poesía posterior. Una parte del público rechazará siempre lo literariamente heterodoxo o innovador, sin comprender que sin esas sacudidas la vida de las letras se enmohece, que aun para la renovación de la literatura, dentro de los cauces tradicionales, son necesarias de vez en cuando, esas arriscadas aventuras.14
El ultraísmo, en suma, inaugura los movimientos de vanguardia en España. Se opone al modernismo, muestra rebeldía y trata de renovar la poesía. Se abre a lo nuevo, a la vida moderna; incluye en los temas de su poesía aviones, locomotoras, rascacielos, deporte.
Produce imágenes y metáforas en cascada. Muestra su irracionalismo, su experimentalismo, su indefinición y su iconoclastia. Destaca por su espíritu lúdico y el humor, que siguió la otra generación del 27 (López Rubio, Jardiel, Tono). Aporta una tipografía singular caligramática.
El ultraísmo fue un movimiento de superación de la lírica vigente (la modernista), con una voluntad de renovación, un ir “más allá” como su nombre indica.
En cuanto a la difusión de la poesía ultraísta en antologías, si bien al principio, tuvo poca fortuna, pues no aparece en la Antología de Gerardo Diego (1932). En la Antología de la poesía española y americana d Federico de Onís (1934), se acepta el término ultraísmo, pero se aplica con poco rigor. Había que esperar a la segunda mitad del siglo XX para que se publiquen antologías solventes como, La poesía de la vanguardia española (Antologia) de Germán Gullón (1981), Poesías y Poética del Ultraísmo de Francisco Fuentes Florido; Poesía española de vanguardia (1918-1936) de Francisco Díez de Revenga (1995). Y ya en este siglo, Las cosas se han roto (Antología de la poesía ultraísta) de Juan Manuel Bonet (2012).
Y, por otra parte, algunas revistas ultraístas se ha reeditado en facsímil o están digitalizadas por LA Biblioteca Nacional, como Grecia, Cosmópolis y ULTRA.
Para terminar el ultraísmo sirvió de transición entre el modernismo y la generación del 27 y Guillermo de Torre concluye: (El ultraísmo) “En suma, el canto del cisne de la literatura desinteresada antes de que atronaran el aire los rugidos de la literatura tendenciosa”15 .
Ofrecemos a continuación una breve muestra de poesía ultraísta.

PEDRO GARFIAS
DOMINGO
Los campanarios
con las alas abiertas
bajo el cielo combado

En los cristales
hay bandadas de luz

Y las coplas anidan en los árboles

Las veinticuatro horas
Cogidas de la mano
Bailan en medio de la plaza

Y el sol alborozado voltea la mañana
(de El ala del sur, 1926)

TORMENTA
Rota La arboladura
Las nubes pedieron su ruta

Y el horizonte avanza como una escarpadura

Las horas
           soles apagados
                               ruedan
                                       por el azul
                                                     al mar

Yo solo                     con la noche

Las nubes deshojándose
Y el viento     rezando     los árboles

(de El ala del sur, 1926)
…………………………….. …………………. …………………..

JOSÉ RIVAS PANEDAS
VLTRA
INTERIOR
Los espejitos se desmayan
                    en el vientre de la madre

Mientras la hora
Duerme sobre la lámpara

La paz del hogar
Levantó su tienda de plumas

Y del reloj
Se van desprendiendo los minutos
Como gotas de miel

Es hora de dormir

Al apagar la luz
El cuarto se cierra como un libro
( Publicado en V—LTRA, 17/03/1921)
………………………. ……………… ……………….

GUILLERMO DE TORRE
AUTUMNAL
Sobre el más alto mástil del horizonte
              Un avión modula su obertura
                          Al ritmo helicoidal
Asteroides velivolentes
   Aterrizan en las antenas del Zodiaco
              En el rectángulo del Sagitario
              Se espeja la deshiscencia otoñal

OTOÑO RÍTMICO EMERGE DE UN CORAZÓN
ASTRAL
(…)
La escenografía autumnal
          Es creada por los árboles tramoyistas
Quien enrolla ese telón
          De mustias hojas jaldes
Allá en la lejanía sideral
          Mi alma exulta pleonéxica

UNA VENTOLINA AURIRROSADA FLUIDIFICA
EL VIVIR.
(Publicado en Grecia, 1919)
………………………… ……………….. ………………
ADRIANO DEL VALLE
SIGNO CELESTE
¡Mía era la estrella!                                                ¡Mía…!

Por
   las
      escalas
                áureas
                        dejan
                               huellas
                                         de
                                            luz
                                                los
                                                    pies
                                                          rosados
de las estrellas blancas
   que llegan peregrinas desde un poniente bárbaro.
El hacha de al Luna
   tiene sangre de un Sol decapitado
    que hundió su cabellera
      en los mares del trópico
       para apresar a los bajeles náufragos.
        Las manos del Silencio

DEVANAN EN LA RUECA DEL ZODÍACO.

BIBLIOGRAFÍA
Alonso Dámaso, Estudios y Ensayos gongorinos
-Poetas españoles contemporáneos
Cansinos-Asséns, Rafael, la novela de un literato II, Alianza II, Madrid, 1985
Torre Guillermo de , Literaturas europeas de vanguardia, Caro Raggio, Madrid, 1925
-Guillaume Apollinaire, su vida, su obra, las teorías del cubismo, Poseidón, Buenos aires, 1946
-Historia de las literaturas de vanguardia, Guadarrama, Punto Omega, Madrid, 1974.
Videla, Gloria, El ultraísmo. Estudio sobre los movimientos de vanguardia en España, Gredos, Madrid, 1974 (2ª edición).

 
 

                                                                                                                 
                                                                                                                                                                           
                                                                                                                                                                                                    

                                                                         
    
 
 
 1 . Torre Guillermo de, Guillaume Apollinaire,. Su vida, su obra, las teorías del cubismo, Poseidón, Buenos Aires, 1946, p. 19
2 . Torre Guillermo de, Historia de las literaturas europeas de vanguardia II, Guadarrama, Punto Omega, Madrid, 1974, pp. 210-211
3 . Manifiesto publicado en la prensa de Madrid (otoño de 1918) y en la revista Grecia, nº XI, año II, Sevilla, 15 de marzo de 1919. Cita tomada de El ultraísmo de Gloria Videla, Gredos Madrid, 1974, pp. 35-36
4 . Rivas Panedas J. “Protesto en nombre de Ultra”, en Cervantes, septiembre de 1919, p. 145. cita tomada de El ultraísmo de Gloria Videla, p. 105
5 . Grecia, nº XXXII, año I, 1919, p. 9. Cita tomada de El ultraísmo de Gloria videla, p. 58
6 . Adriano del Valle, “La fiesta del Ultra, en Grecia XV, 1919. Nota tomada de El ultraísmo, de Gloria Videla , p.75
7 . O. cit, pp. 76 y 77 .
8 . Cansinos-Asséns, Rafael, La novela de un literato, II,Alianza Tres, Madrid, 1985, p. 337
9 . Torre Guillermo de, Literaturas europeas de vanguardia, Caro Raggio, Madrid, 1925, p. 81
10 . Alonso Dámaso, Estudios y Ensayos gongorinos, Gredos, Madrid, 1982 (3ª edición), p. 553
11 . O. cit., p. 554
12 . O. cit, p. 556
13 . Alonso Dámaso, Poetas españoles contemporáneos, Gredos, Madrid, 1988 (3ª edición aumentada), pp. 162-163
14 . O. cit., p. 234, Poetas españoles contemporáneos
15 . O. cit., p. 280, Hª de las literaturas de vanguardia II

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